El síndrome del impostor, a veces llamado fenómeno del impostor o síndrome de fraude, es un fenómeno psicológico en el que la gente es incapaz de internalizar sus logros y un miedo persistente de estar descubierto como un fraude. No es una enfermedad mental oficialmente reconocida, y no se encuentra entre las condiciones descritas en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, pero ha sido el sujeto de numerosos libros y artículos por psicólogos y educadores. El término fue acuñado por las psicólogas clínicas Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978.
A pesar de las pruebas externas de su competencia, aquellos con el síndrome permanecen convencidos de que son un fraude y no merecen el éxito que han conseguido. Las pruebas de éxito son rechazadas como pura suerte, coincidencia o como el resultado de hacer pensar a otros que son más inteligentes y competentes de lo que ellos creen ser.
El síndrome del impostor, en el que gente competente encuentra imposible creer en su propia competencia, puede ser visto como complementario al efecto Dunning-Kruger, en el que gente incompetente encuentra imposible creer en su propia incompetencia
Or do you feel the same
Will it make it easier on you now
If you’ve got someone to blame
One life
When it’s one need
In the night
One love we get to share it
It leaves you baby if you don’t care for it
Or leave a bad taste in your mouth
You act like you never had love
And you want me to go without
Tonight
To drag the past out
Into the light
We’re one but we’re not the same
We get to carry each other
Carry each other
One
Have you come to raise the dead?
Have you come here to play Jesus
To the lepers in your head?
More than a lot?
You gave me nothing now
It’s all I’ve got
We’re one but we’re not the same
Well we
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