¿Y la carrera (no tan) profesional en la ayuda al desarrollo desde el «Sur Global»?


En mi anterior post «Carrera (no tan) profesional en la ayuda al desarrollo» hablaba de Duncan Green y algunos consejos para construir una carrera en el sector del desarrollo.

Makarand en su blog Development Debate, a través de su post «Entonces, ¿quieres trabajar en Desarrollo Internacional?«, replica a su amigo Duncan Green y nos viene a decir que si en el norte nos quejamos sobre la carrera profesional en el sector de la ayuda al desarrollo, en el sur global lo tienen peor.

Makarand consideró que el post de Duncan era demasiado «centrado en el Norte Global», así que decidió escribir sobre lo que significaría para l@s jóvenes del mundo en desarrollo hacer una carrera en el desarrollo internacional. Escribió el post sobre la base de lo que ha visto y experimentado en casi 12 años en Desarrollo Internacional, tras 14 años de trabajo en India.

Las opciones y las rutas para desarrollar una carrera en el desarrollo internacional difieren dependiendo de si perteneces al «mundo en desarrollo (Sur Global)» o al «mundo donante (Norte Global)». Sigue leyendo

Carrera (no tan) profesional en la ayuda al desarrollo


 

Y relacionado con nuestros pasados posts sobre la «Carrera profesional» o «Carrera no profesional» (como lo podamos/queramos llamar desde cada una de nuestras «experiencias vitales»), desde el post de Duncan Green «Los mejores consejos para construir una carrera en ayuda y desarrollo» (12 de febrero de 2020), nos cuenta Duncan que presidió un gran panel sobre este tema en la London School of Economics. Los oradores procediían de grandes donantes: bilaterales como el DFID y USAID, bancos regionales como el BAD y el BERD, y el  Banco Mundial para agregar la visión multilateral, y desde todas las etapas de sus carreras, pero sus consejos se se podrían aplicar al resto del sector de ayuda y desarrollo.

Se les pidió que dieran sus mejores consejos. Es interesante porque este post ha sido contestado por una voz desde el sur cuestionando algunos de los planteamientos, pero ya hablaremos de ello en otro momento.

1. En el post de Duncan había una selección de consejos:

Coraje, humildad y brújula moral: no se trata solo de calificaciones extraordinarias, sino del tipo de persona que eres. Te enfrentarás a momentos de miedo: abrázalos; serás llamado por arrogancia, escucha y aprende. Y no abandones tu brújula moral: es, después de todo, al menos en parte, por lo que buscamos trabajo en este extraño sector. Sigue leyendo

¿Qué se necesita para construir una carrera en evaluación?


Marco Segone argumentaba en uno de los paneles de la última Asamblea Global de IDEAS 2019 (Prague, Czech Republic, desde 2 a 4 Octubre 2019) #2019IDEASGA sobre ¿Qué se necesita para construir una carrera en evaluación?

Lágrimas en la lluvia del V Plan Director de la Cooperación Española


En relación con el post anterior Propuestas de ACADE para el V Plan Director de la Cooperación Española, que ACADE (Asociación de Profesionales por la Calidad de la Cooperación para el Desarrollo) formula al Gobierno, a las fuerzas políticas parlamentarias y a la sociedad, quería volver sobre los tres primeras propuestas, que considero fundamentales. La primera se refiere al aumento pautado (racional) de la ayuda internacional, la segunda a la necesaria reforma del marco institucional / legal, y la tercera referida a la mejora de las capacidades. Estas son asignaturas pendientes cuyas demandas se repiten periódicamente y que impiden una Cooperación Española relevante, eficiente, eficaz y sostenida: (1) Compromiso y Liderazgo sostenido, (2) Marco Institucional y Administrativo y (3) Capacidades.

1.- Compromiso en materia presupuestaria que suponga un proceso pautado de expansión de los recursos asignados a la ayuda internacional.

2.- Reformas institucionales y legislativas necesarias para garantizar que se está en condiciones de hacer una gestión eficiente de los recursos. Es necesario reformar

(1) la arquitectura del sistema, hoy caracterizada por una elevada dispersión y una limitada coordinación de las instituciones responsables.

(2)  los marcos administrativos y legislativos que condicionan la ejecución de la ayuda, que impiden que España pueda actuar con instrumentos que otros donantes tienen, como la ayuda programática, la cooperación financiera, la asistencia técnica ágil, las asociaciones estratégicas con la sociedad civil y la academia o la alianza con actores internacionales, no solo públicos.

3.- Ampliación de las capacidades técnicas e institucionales del sistema. Esto supone poder:

(1) Recursos humanos y organizacionales: (a) captar y dar empleo en condiciones adecuadas al personal experto que se requiere, (b) poner en marcha una política activa de recursos humanos que permita que los trabajadores en este ámbito puedan tener una trayectoria profesional previsible y (c) promover un cambio organizacional que afecte a la estructura, a los procedimientos y a la cultura de trabajo de las instituciones implicadas.

(2) Articular una política de formación y gestión del conocimiento adaptada a los nuevos retos del contexto e integrada en la cultura organizativa de las instituciones líder de la cooperación española.

Sigamos proponiendo para contar con los medios para conseguir los fines: empleo en condiciones adecuadas, política activa de recursos humanos, trayectoria profesional previsible, cambio organizacional, formación y gestión del conocimiento…y por supuesto compromiso y liderazgo político sostenido.

…de otra forma el V Plan Director de la Cooperación Española será una(as) página(s) más de retórica burocrática…y tantos esfuerzos se seguirán perdiendo como lágrimas en la lluvia…

Kurt Wallender (Henning Mankel) y evaluación


Hace ya un tiempo  introduje en uno de mis posts el tema de la «ficción del desarrollo«. Hoy voy a contar sobre un activista que luego devino escritor (¿el post-desarrollo de la ficción?). Cuántas novelas podríamos escribir los que trabajamos en «desarrollo»…

A pesar de que hay algunas noticias sobre el declive de las novelas policiacas Nórdicas, el llamado «Nordic Noir«, quiero presentar hoy a uno de mis grandes compañeros de viaje, el detectice Kurt Wallender, gran evaluador y mejor persona.

Wallander es la creación del escritor sueco Henning Mankell. En 1989 Henning Mankell volvió a Suecia después de un largo periodo en África, especialmente en Mozambique, donde dirigió  desde 1986 el Teatro Avenida de Maputo (Mozambique).  A su regreso a Suecia, Henning Mankell quedó asombrado por la xenofobia que parecía haber comenzado a crecer en la sociedad sueca y decidió escribir sobre este tema. Dado que el racismo, según Mankell, es un delito, necesitaba un oficial de policía. De una búsqueda al azar en una guía telefónica nació el nombre de Kurt Wallander.

Entre 1991 y 2009, durante 18 años publicó  10 novelas de Wallander. La primera «Asesinos sin rostro» («Faceless killers») y la última «El hombre inquieto «(«The Troubled Man»).  Mankell es un intelectual de izquierdas comprometido activamente con su entorno (manifestaciones contra Vietnam y contra las guerras colonialistas, participó en una de las flotillas hacia Gaza en 2010, visita campos de refugiados…). En sus novelas hay muchas referencias a Africa y a las organizaciones humanitarias involucradas en África.

Algunas pistas para entender el universo (de ficción) Wallander:

  1. Kurt Wallander es un policía sueco obstinado y bueno pero, al mismo tiempo, difícil, gruñón y disfuncional. Aunque vive en una ciudad pequeña llamada Ystad, en la provincia de Skane al sur de Suecia, tiene el cansancio vital típico de un policía de una gran ciudad. Su entorno aparentemente por tanto es sereno, donde las cosas no deberían suceder, excepto que lo hacen: Las cosas (y vaya cosas) suceden muy, muy a menudo. Luego está el fondo: el suelo sombrío e implacable de la región Skane, en esta zona que hace frontera con Dinamarca. «Las áreas fronterizas tienen un dinamismo propio», dice Mankell.
  2. Otros policías luchan contra sus demonios, pero Wallander a menudo parece que está poseído por ellos. Sus ojos enrojecidos, su expresión devastada y su comportamiento derrotado apuntan a un hombre que nunca consigue un respiro de la frustración y la angustia que se acumulan dentro de él. Es  un hombre permanentemente al límite, «una especie de herida abierta». Un hombre que está aparentemente a un paso de tener un colapso total. Pero los malos días siguen sucediéndose, y Walander todavía sigue dando guerra. Cada crimen que resuelve o no (resuelve), todavía piensas que lo siguiente que va a hacer es simplemente…morir.
  3. La agonía mental de Wallander se debe en parte a su sensibilidad hiper-sensible por las víctimas de los crímenes, y a su inclinación por la introspección existencial mientras contempla su entorno.
  4. Hay un desequilibrio hacia detectives varones, pero cuidado eso no significa que no haya escritoras que escriben sobre detectives (sobre detectives mujeres o varones). Como en el caso de otros muchos otros detectives, el hogar de Wallander no es un ejemplo de armonía (para otro día dejaré el analizar este asunto, muy relacionado con el trabajo de investigación o evaluación y el equilibrio familiar). Walander es desordenado tanto en sus hábitos de sueño (duerme poco), como en sus hábitos alimenticios: toma café continuamente, come a deshoras y cualquier cosa (es adicto a la comida rápida). Su esposa lo dejó por otro hombre, tiene una relación difícil (lamentable) tanto con su hija Linda, como con su padre envejecido, cuyas capacidades mentales están fallando rápidamente. Entonces, ¿cuál es la atracción? Quizás es su autodestrucción intransigente, sus lamentables relaciones personales, su  incapacidad para mantener cualquier relación femenina lo que tanto fascina. Wallander es absolutamente insalvable. .
  5. Kurt Wallander tiene pocos verdaderos amigos y aunque tiene trazas de humor, no es exactamente la alegría de la huerta. Sin embargo, hay destellos de optimismo en la oscuridad de su alma, y ​​es capaz de ocasionalmente intentar la apariencia de una vida «normal». Su hija logra convencerlo de tener algunas citas y, en efecto, aunque dado lo absorbente de su labor policial parece que el amor no va con él, Wallander siente y tiene expectativas profundas hacia sus eventuales citas…y aunque se dé cuenta de que no presta suficiente atención al lado sentimental, paradójicamente se pregunta por qué fracasa continuamente.
  6. El teléfono de Wallander tiene un tono de llamada único. Es apropiado que su tono de llamada sea diferente a cualquier otro, porque enfatiza lo importante que es su teléfono para él. Es una conexión permanente con el lado oscuro, un recordatorio permanente de que un nuevo caso, una nueva pista, un nuevo giro diabólico pueden ocurrir en cualquier momento, sin importar dónde se encuentre. Lo más saludable sería que Wallander cambie su forma de ser, pero ser «saludable» no es lo que va con este obstinado detective bueno. Resolver casos y luchar sin cesar con su pasado… eso es lo que le va.
  7. Wallander es sistemático en la documentación de sus informes. Cuando descubre que su hija escribe poesía su reflexión es que él mismo escribe mucho y de forma metódica, pero solo informes de policía. En su enfoque de investigación es intuitivo, sensible (a veces incluso quiere sentir lo que pasó cuando visita escenas del crimen), persistente y  busca sistemáticamente un modus operandi. Su forma de liderar equipos es peculiar ya que pone al límite a su grupo (reuniones de trabajo durante los fines de semana hasta la madrugada), pero sabe ser generoso y distribuye el trabajo según el valor añadido de cada cual. Podríamos decir que como tantos otros detectives, es un evaluador con un método ( «Profundizar normalmente nos lleva hacia adelante» (La Pirámide)), pero también con duende (sus hallazgos son una mezcla de azar, casualidad, obsesión y perseverancia): como decía Picasso «cuando llegue la inspiración que me encuentre trabajando». Wallander sigue las pistas (los patrones de comportamiento) hasta la extenuación, hasta que no dan más de sí, bien porque llevan a una vía muerta…o bien porque nos dan las conclusiones correctas (o porque estamos cerca del final del libro que no queremos que termine (i)

¿Cómo no encontrar paralelismos de algunos de los puntos anteriores con la evaluación?. El oficio de evaluación conjuga también trabajo en equipo con períodos de trabajo en solitario. Es a veces  difícil dejar de pensar en el caso (de estudio) que se tiene entre manos, ya que todo el tiempo es poco y siempre hay nuevas perspectivas o matices que añadir. Con la actual tendencia a trabajar a través de asociaciones de evaluación o grupos de colegas, tenemos nuestra propia red, es nuestra conexión permanente con el «lado oscuro», con nuevas pistas para nuevos casos.  Y para finalizar, en este oficio de la evaluación a veces también intentamos la apariencia de una vida «normal» (cuando raro es el evaluador(a) que no es un freaky consumado).

Bueno pues quizás algun@ podáis ver también alguna similitud más…y comentarnos 🙂

Todos tenemos un poco de Mankell/Wallander dentro de nosotros. Larga vida a Mankell, larga vida a ese personaje tan real y ya no tan de ficción: Kurt Wallander. Prueba de ello es que ya ha sido encarnado en las pantallas por tres actores diferentes:

Kurt Wallander (Rolf Lassgard, Kenneth Branagh y Krister Henriksson), de Henning Mankell

Mankell murió en 2015 a los 67 años, dejándonos un poco solos, con un Wallander en decadencia y con la misma enfermedad que tuvo su padre…A Wallander  se le diagnostica diabetes y hacia el fin de su carrera sufre de pérdidas de memoria debidas al Alzheimer.

Mankell con refugiados congoleses en Uganda

…y para los que piensen que las novelas policíacas no son suficientemente intelectuales, porque no hablan de Scriven, Greene, Weiss, House, Stake, Stufflebeam o de Patton…pues ahí  va esta Cumbiera intelectual:

No hay profesionalización sin evaluación


 

Por casualidad, como suelen ser las cosas en un sector sin profesionalización, me comuniqué con mi colega eternamente al borde del caos, Pablo Rodríguez Bilella, y le comenté de la posibilidad de, en la próxima conferencia de la RELAC, hacer «algo conjunto» en relación a profesionalización de la evaluación. También recientemente hablé con María José Soler Fraile, presidenta de APROEVAL, sobre la necesidad de trabajar conjuntamente todas las asociaciones de evaluación de habla hispana, y mencionamos el tema de trabajar conjuntamente sobre el tema de la profesionalización.

Fruto de ese azar supe que el caótico y siempre complejo Pablo estaba escribiendo un artículo sobre el tema de la profesionalización en evaluación y, como buenos latinos, nos retamos a un intercambio «e-post-olar» con la posibilidad de atraer a otros desgraciados de este sector no profesionalizado…Como es habitual él se adelantó, él que es una metralleta de las redes sociales: Evaluación y profesionalización: ¿extraña pareja? (parte 1)…bueno pues ahora toca el momento de la remontada…

En este primer post para no perder el rumbo voy a filosofar…aunque  en muchos aspectos coincidimos Pablo y yo  (o, más humilde, coincido yo con él)

Y es que la evaluación es política, es técnica y…es filosofía (cómo entiendo yo aquí filosofía: dígase de lo que el vulgo evaluativo (yo incluido) piensa de las teorías evaluativas…aunque algunos quijotes y sancho panzas no dejen de decir aquello de que no hay mejor práctica que una buena teoría)

Pues en esta introducción doy tres ideas y hago un ejercicio de gestión del conocimiento, rescatando tres fragmentos de tres posts pasados:

 

1.Veo dos retos para la profesionalización de la evaluación: (1) centrarse demasiado en la cuestión técnica (tecnocrática) cuando la evaluación también es (o sobre todo es) política; y, si se consigue el progreso de la profesionalización, (2) centrarse sólo en el binomio  político y tecnocrático, con cuerpos de élite corporativos que se olvidan de su origen y de su fin social. Las asociaciones de evaluación deben cumplir su rol, sin caer en la trampa (1) de la tecnocracia y, cuando se relacionan con el tan peligroso y atractivo mundo del poder, (2) de venderse, sin escuchar a las bases y a la sociedad…ya lo sé, un circo de tres pistas, pero es lo que tiene la evaluación que, recordemos, es política, técnica y filosofía…y ojo ya hay hasta un congreso próximo sobre el rol de la evaluación en la era de la post verdad: Measuring What Matters in a Post-Truth Society

2.No es solo necesaria la profesionalización de la evaluación, sino que no olvidemos el rol transversal de la evaluación para el resto de profesiones: sin evaluación no hay profesionalización. Algunos de los campos más profesionalizados (funcionariado, medicina…) lo consiguieron a través de la incorporación de sistemas de control de calidad (integrando la doble vertiente de rendición de cuentas y aprendizaje que implica la evaluación)

3.No hay evaluación sin rendición de cuentas…y el mayor garante de la rendición de cuentas es el parlamento. Las Asociaciones de Evaluación (VOPEs) son importantes, pero debido a ese binomio técnico y político, hay que hacer lo posible para incorporar a los agentes de cambio político (como el parlamento) y social (otras asociaciones, academia y los medios de comunicación). EvalPartners tiene iniciativas muy interesantes para involucrar a los Parlamentos Nacionales en los procesos de desarrollo de capacidades en evaluación.

Por tanto, no podemos perder de vista que el camino hacia la profesionalización no es sólo técnico (tecnocrático), sino también político. Y ahí a veces nos pillan a los evaluadores, tan acostumbrados a nuestro trabajo solitario y sistemático con tantos nexos con la investigación (más centrados en el rigor, en la independencia y en la objetividad) y tan poco acostumbrados a la gestión y a la política (más sucia, menos independiente y más dada al regateo, al mercadeo y a los compromisos -a veces a cualquier precio-…de cara a la utilidad…o al pragmatismo)…cuánto cuesta en evaluación ese equilibrio tan inestable entre rigor, independencia y utilidad…

Tomo del post de Pablo un párrafo clave que marca el titánico camino que hay por delante para profesionalizar la evaluación. La fuente es de ese gran evaluador que fue primero técnico, después político y ahora una referencia (filosófica):

 

 

«Bob Picciotto, desde el marco de la sociología de las profesiones, sintetiza algunas de las características que debe construir una agenda para la profesionalización de evaluación:

(1) el reconocimiento público que la ocupación promueve el interés general; 

(2) procesos reconocidos de desarrollo disciplinar (educación especializada, exposición continua a la práctica de expertos);

(3) autonomía profesional (la propia profesión controla la contratación, la calidad de la formación, la aprobación de directrices profesionales, la aplicación de normas éticas, etc.);

(4) el acceso a la práctica (la institucionalización de la experiencia profesional mediante la educación terciaria de alta calidad y una amplia gama de posibles restricciones sobre el acceso a la práctica profesional: designación, acreditación, certificación, licencias).»

En mi próximo post centraré un poco más el tema y trataré de hablar del proceso que está realizando el grupo de profesionalización del Sociedad Europea de Evaluación del que soy miembro.

Tres ideas  ya contadas y tres antiguos posts sobre evaluación, carreras profesional y asociacionismo: Y como prometido, dejo aquí  los tres posts del pasado, terminando aquí esta primera e-post-ola.

 

Asociacionismo en evaluación –capítulo primero

(Octubre de 2014)

Más que nunca necesitamos del asociacionismo para aumentar nuestro capital social, humano y técnico, aumentando la capacidad de análisis, escucha, respuesta y servicio. Pero no debe ser fácil cuando hasta ahora no se ha llegado a las bases con una propuesta de verdadero trabajo en red y mutuamente beneficiosa, en la que se den soluciones de forma proactiva a problemas comunes o colectivos, en el que las bases se involucren de forma también proactiva y los boards o élites dirigentes, actúen para el pueblo y con el pueblo, y en representación de y con sus miembros

Acade: ¿por qué la sociedad española no se ha movilizado ante la reducción de la ayuda?

(28 Octubre del 2013)

“La sociedad civil organizada ha cambiado su papel y ya no habla en nombre de otros”. Aquí se mencionaron movimientos como el 15 M o las redes sociales. “No se necesitaba a la ciudadanía y la cooperación se ha dedicado a otras cosas…y se han perdido a las bases”. No se tuvo la suficiente visión de que la “sociedad civil organizada es capaz de crear opinión y estar sintonía con la sociedad. Luchar contra las desigualdades no implica sólo luchar contra la pobreza”. “La sociedad civil (organizada) ha tenido un problema de comunicación, aunque también ha habido problemas con el papel del liderazgo público”. A este punto durante el turno de palabra indiqué que no sólo era un problema de comunicación en el sentido de enviar el mensaje (de convencer), sino en el de escuchar. Pero hubo más sobre este punto:

-“El sector de ONGD está fragmentado. Pero el problema del apoyo social no es sólo de España. No se ha sido capaz de demostrar que la ayuda sirve para algo, de que la ayuda funciona”. Por otra parte hay muchos“peligros buscando atajos del norte al sur”.

– La base no se necesitaba porque estaban los profesionales. Se buscó “la profesionalización pero no un liderazgo asociativo” con el apoyo de las bases.

-“Ha habido un problema de mala gestión del accountability, ya que se ha entendido un accountability hacia el financiador. En España no tenemos conciencia de que lo público es de todos. Se debería haber hablado con la sociedad sobre los avances. No ha existido una política de transparencia”.”No ha habido suficiente diálogo y después el dinero público se ha retirado.”.

En este punto también señalé algunas ideas durante el turno de palabra de la jornada: Las afirmaciones anteriores, de ser ciertas, “iban en contra elementos básicos de la democracia participativa”. En un colectivo y sector para el que el concepto de participación parece tan importante, esto aumenta la carga de retórica de su discurso (o sus discursos). Repitamos: ¿No se necesitaba a la ciudadanía? ¿No había una política pública de estado?. También señalé que al binomio política vs tecnocracia había que añadir las dinámicas personalistas (o grupales) de poder. Éstas implican que el único deseo de cambio que se desea es “quítate tú para ponerme yo”, para mandar, mandar porque puedo. También es de señalar la magnitud de la retórica de una política ilustrada debido a la distancia con la sociedad civil, y que a su vez ha dado lugar a más distancia entre la sociedad y la política.

¿Carrera profesional en la cooperación española? La soledad de la carrera de fondo

(22 Mayo 2013)

…es un sector de profesionales poco valorado, desestructurado, sin sentimiento de cuerpo y, en consecuencia, en el que prima más el “qué hay de lo mío” y el “sálvese quien pueda”, que una visión colectiva sobre cómo debería ser un sector profesional en coherencia con la agenda de eficacia, en la que “de verdad” primaran los intereses de los más pobres (destinatarios por la vía de la apropiación y alineamiento de la ayuda) y de la sociedad española (demandantes de reducción de la pobreza con la máxima eficacia, eficiencia, pertinencia e impacto posible). En este marco la Cooperación Española continuamente se está descapitalizando de sus profesionales, ya que no existen ni mecanismos, ni contextos, ni incentivos para dar la oportunidad o contar con los mejores profesionales en los puestos de responsabilidad y decisión.

Como resultado de los desincentivos anteriores las Agencias, Departamentos públicos y las ONGD españolas tienen una gran rotación de personal tanto de personal directivo, como técnico. Estos cambios hacen más necesarias las estrategias de Gestión del Conocimiento y tienen el peligro de tender a una visión cortoplacista y no estratégica. Asimismo en dichos Departamentos Públicos no suele haber objetivos ni indicadores claros a nivel organizacional, ni mecanismos eficaces de rendición de cuentas de forma bidireccional a los más altos niveles jerárquicos.” (Rodríguez Ariza, Carlos, 2009, página 32) La gestión de la información en las organizaciones de desarrollo (vol. II)

A veces nos pasa evaluando. Contradicciones de un soldado de fortuna…digo, de un evaluador independiente


Uno empieza a tener historias que contar como el abuelo cebolleta, contar cuentos y aventuras de esta profesión de evaluación que pocos fuera entienden. Me han ofrecido la oportunidad de intercambiar sobre experiencias en evaluación en la próxima conferencia de la RELAC, cuando justamente ya tenía esbozado este post, sirva pues como adelanto…

A veces olvido que la empatía es un prerrequisito, una condición necesaria para el oficio de evaluación…demasiados prejuicios, ideas preconcebidas…antes la pregunta, la discusión, el conocimiento, luego juzgar, como en la vida misma.

A veces llaman a tu puerta y te dan una evaluación llave en mano – ¡¡¡¡ – A veces preparas propuestas muy buenas durante días y ni siquiera te dan las gracias…

A veces haces conclusiones y recomendaciones, y unos contentos y otros se rasgan las vestiduras, en fin nunca llueve a gusto de todos…una vez aprendí de un gran profesional que no estamos en esto de la evaluación para hacer amigos –al menos como primer objetivo claro, amigos se pueden hacer y muchos…

Cuánto cuesta tener suficiente autoconfianza y dejar de pensar que no eres sólo tu último trabajo de evaluación, que no pasa nada por pifiarla una vez, que somos algo más, un camino, no un momento ni un lugar. A veces como evaluadores nos pegan palos hasta en el carnet de identidad y donde menos te lo esperas…pero no pasa nada…nada  ¡¡¡¡

Uno ha de estar enfocado a la utilización y al servicio al cliente, esto incluye a veces el servicio post venta…A veces cuando crees que el proceso evaluativo ha terminado no paran de llamarte para que respondas a los comentarios de este actor que -lo siento- no respondió a tiempo, o para que hagas una nueva presentación o un nuevo informe de evaluación en formato página, díptico o tríptico…y otras he tenido que indicar reiteradamente –y sin éxito- a la organización evaluada, que debemos hacer una presentación como parte del proceso de validación…

A veces me he encontrado con que el gestor de la evaluación era el gestor del proyecto…y, mira por dónde, te cuestionaban las conclusiones cuando se referían a retos, pero no cuando se referían a fortalezas… y no ha sido nada, nada fácil…

A veces me he encontrado con gestores de evaluación encantadores, con los que se establecía una relación de confianza y colaboración…y de aprendizaje…y a veces con otros con los que no había tanta confianza, ni colaboración…y el aprendizaje era menor…empezando por aquella vez cuando en la primera reunión nos dejaron bien claro que éramos el menos malo de los equipos evaluadores…pues vaya…

A veces el gestor me ha dejado libertad de actuación y otras me han tenido hablando durante horas y horas hasta el amanecer…debido a la diferencia horaria entre las dos orillas del gran charco

A veces he encontrado evaluaciones bien pagadas, otras muy mal pagadas, es increíble este desfase…es un error táctico meterse en una evaluación mal pagada, ya es un indicador de que todo puede funcionar mal, además no significa que luego te vayan a exigir menos, aunque la otra parte, el pagador, no haya cumplido su parte de valorar correctamente tu trabajo…

A veces he encontrado en los proyectos que he evaluado rastros de algo parecido al enfoque de género…pero en muchos el género se ha evaporado en el camino…

Yo prefiero el adjetivo independiente, que el sustantivo consultor. A veces ser independiente te da la oportunidad de comunicarte y tener voz, tu voz, tanto de forma oficial como oficiosa, a través de las asociaciones de evaluación –VOPES-, por ejemplo…y a veces ser independiente te introduce en una caverna de aislamiento, en la soledad del corredor de fondo – no estoy solo, me tengo a mí y a mis circunstancias..a todo -todas y todos- lo que llevo a mis espaldas y en mis pies y en mis manos…aunque no está mal a veces llamar por teléfono a los colegas claro

A veces las compañías aéreas engañan…cualquiera un poco viajado lo sabe…Quatar Airways o Emirates..son MUUUUUUUUUUUCHO mejores que IBERIA o American Airlines…otro día hablaremos de la tortura que supone pasar por ciertos países o aeropuertos…donde a uno le hacen sentir como a un delincuente…

SIEMPRE. SIEMPRE he conocido nuevos horizontes y gentes, he aprendido algo nuevo en cada evaluación o proceso evaluativo, algo que cambiar, algo que mejorar…

A veces eres lo que comes, otras eres lo que lees o lo que escuchas. Bueno pues os dejo con este A veces de hace un tiempo, de todos los tiempos…os dejo con la senda del tiempo.

Asociacionismo en evaluación –capítulo primero


He vuelto de la conferencia de la Sociedad Europea de Evaluación en Dublín con sentimientos algo contradictorios.
Ésta es la quinta conferencia de la EES a la que acudo. Sevilla 2002 siendo doctorando, Berlín 2004 doctorando, Lisboa 2008 siendo gestor de evaluaciones para la DGPOLDE, Praga 2010 siendo gestor de evaluaciones y…Dublín siendo evaluador independiente…
Hay gente que he seguido viendo desde hace doce años y otras caras nuevas. Lo que no ha dejado de cambiar es la comida y el precio…
-La comida…ya ha ganado el estilo anglosajón del MAL-comer en el que si no eres nórdico o anglosajón, ni comes ni haces networking…
-El precio…desde alrededor de 300 hasta más de 500 euros…y eso lo indiqué en la asamblea de miembros, que una conferencia que se centraba en la equidad no puede tener esos precios claramente injustos, 1. Porque cobra igual a un miembro del Banco Mundial al que financia su institución, que a un consultor independiente con familia numerosa, que no tiene asegurado sus ingresos para el próximo mes. 2. Porque da becas a personas de lo que denominan países en desarrollo sin incluir criterios de renta para ello…iguales pero diferentes…
Pero el precio de la conferencia es la punta del iceberg del problema del número de socios…Me queda claro que el tema del asociacionismo en evaluación no se ha resuelto ni en España ni en Europa. La EES necesita más socios dinámicos y proactivos y menos precio en sus cuotas…
Podríamos correr el riesgo de pensar que el asociacionismo no sirve…pero aplicando el esquema del cooperativismo agrario en el que se decía lo mismo, la misma respuesta puede servir…solo nos acordamos del asociacionismo cuando las cosas van mal…y cuando las cosas van mal, nada funciona…
El tema del asociacionismo en evaluación está de moda…en España tenemos la Sociedad Española de Evaluación y dos asociaciones o redes nuevas de dos másteres o magísteres de evaluación, la red internacional de evaluación y la asociación de profesionales de evaluación. Ello en ciernes del 2015, año internacional de la evaluación y el proceso Evalpartners…
Y ese es otro tema, como conseguir que las asociaciones cumplan su importante función social…cuando es una necesidad clara en nuestro gremio que como tantos otros en España no tiene carrera profesional y está fragmentado, dividido, desconfiado…que vive más del oportunismo que del desarrollo de oportunidades…
Más que nunca necesitamos del asociacionismo para aumentar nuestro capital social, humano y técnico, aumentando la capacidad de análisis, escucha, respuesta y servicio. Pero no debe ser fácil cuando hasta ahora no se ha llegado a las bases con una propuesta de verdadero trabajo en red y mutuamente beneficiosa, en la que se den soluciones de forma proactiva a problemas comunes o colectivos, en el que las bases se involucren de forma también proactiva y los boards o élites dirigentes, actúen para el pueblo y con el pueblo, y en representación de y con sus miembros…para ello haría falta –entre otras cosas – un ejercicio importante de mutua rendición de cuentas y aprendizaje- una dosis de nuestra propia medicina, vamos, de EVALUACION- Una evaluación de lo que este tipo de asociaciones o redes de evaluación han querido y venido haciendo, de su público objetivo deseado y real…pero esa es otra historia que tendrá que ser contada en otro momento…

Acade: ¿por qué la sociedad española no se ha movilizado ante la reducción de la ayuda?


El día 9 de octubre asistimos a la jornada «Diálogos ACADE sobre la Cooperación al Desarrollo«, invitados por la Asociación de Profesionales por la Calidad de la Cooperación al Desarrollo (ACADE), de la que soy socio.

Aun a riesgo de ser algo fragmentado, en este post me voy a centrar en la primera parte de los diálogos, que se llamaba: El futuro de la política de cooperación para el desarrollo en un mundo en cambio. En un post posterior abarcaré toda la jornada y profundizaré con alguna reflexión.

Paso a desarrollar algunas respuestas (entrecomilladas) a algunas preguntas iniciales del moderador: ¿Tiene sentido hablar de la ayuda? ¿Por qué la sociedad española no se ha movilizado?

Se comenzó por una percepción sobre la realidad: “Debajo de las cifras macroeconómicas sigue existiendo desigualdad”.

La reducción actual de la ayuda se definió no sólo como un problema presupuestario, sino también político. “No se ha conseguido nunca encajar la política (de cooperación y desarrollo) en la política de estado”. “Incluso cuando la política tuvo más presencia hubo muchas resistencias. Hay un problema estructural y de partida. Además en el orden internacional hay una gran debilidad de la parte de acción cooperativa. El mundo se concibe más como interés nacional que como cosmopolitismo”.

Se indicó que ha habido cambios en el sistema de cooperación, pero “han sido miméticos de la agenda internacional y no se ha reflexionado suficientemente sobre la especificidad de España”. Ha habido una “despreocupación por la estructura (recursos humanos y organización) y para centrarse demasiado en los recursos financieros”. Se señaló la debilidad de la “inteligencia estratégica” y que en las circunstancias actuales, haciendo de la necesidad virtud, “ahora se podría tener la oportunidad de pensar”.

En España hay escasa cultura de trabajo en común entre ministerios y por otra parte se necesita gestionar mejor la incidencia política. Hay espacio para “cambiar las estructuras de poder y el componente técnico”. “Las dos dimensiones se han manejado mal y se ha dado demasiada importancia a la parte tecnocrática siguiendo las directivas del CAD. Los líderes no han tenido/están teniendo visión de futuro. Han sido capaces de implementar acciones pero luego no ha habido/hay capacidad para demandar que asuman responsabilidad y competencias».

Se habló incluso de la “necesidad de cambio de paradigma”…y yo ya lo sugerí en el turno de intervención público, que cuando se habla de esos dos palabros juntos me da miedo. Me da miedo porque algo que caracteriza a nuestra cooperación es el adanismo, esto es, el continuo cambio de paradigma sin pararse a comprender qué, por qué y cómo han sucedido las cosas. Y quizás, lo que es más grave, se cambia de paradigma en Madrid pero los efectos de estos cambios tardan en llegar al terreno, o cuando están a punto de cambiar la forma de hacer las cosas (porque los cambios llevan tiempo), se vuelve a cambiar de paradigma.

En algunas intervenciones se vendieron como nuevas ideas que no lo son tanto sino que se vienen repitiendo desde hace casi 8 años. Se indicó que “no tiene sentido la (agenda de la) ayuda como la pensábamos en el pasado, sino más bien como una política de desarrollo con diferentes soportes. Hay que focalizarse menos en la ayuda y tratar más otros temas como las acciones redistributivas a través de la presión fiscal sobre el quintil más alto”. Se recordó la importancia política del sistema, la necesidad de “manejar algunos ámbitos de la acción política que han quedado fuera de foco: Nos hemos centrado en los perímetros convencionales, es necesario involucrar a todo el gobierno”.

En suma, la importancia de ir a las raíces de la pobreza y la desigualdad: “Estamos en un mundo menos diferenciado, con un arco de necesidades de desarrollo más difuso, por lo que hay que trabajar las reglas que impiden procesos de desarrollo”. Lo dicho, poco nuevo bajo el sol en este punto.

¿Por qué no y qué se ha hecho mal si a una parte de la sociedad española le importa la justicia?

Desde el principio se señalaron las “deficiencias de la vinculación del sector de la cooperación con la sociedad española”. «Da la impresión de que a la sociedad española no le importa lo que ha pasado con los recortes en la ayuda oficial al desarrollo. Da la impresión que se han minusvalorado, que los recortes no les importan”.

En el desarrollo de estas cuestiones se fue bastante contundente: “La sociedad civil organizada ha cambiado su papel y ya no habla en nombre de otros”. Aquí se mencionaron movimientos como el 15 M o las redes sociales. “No se necesitaba a la ciudadanía y la cooperación se ha dedicado a otras cosas…y se han perdido a las bases”. No se tuvo la suficiente visión de que la “sociedad civil organizada es capaz de crear opinión y estar sintonía con la sociedad. Luchar contra las desigualdades no implica sólo luchar contra la pobreza”. “La sociedad civil (organizada) ha tenido un problema de comunicación, aunque también ha habido problemas con el papel del liderazgo público”. A este punto durante el turno de palabra indiqué que no sólo era un problema de comunicación en el sentido de enviar el mensaje (de convencer), sino en el de escuchar. Pero hubo más sobre este punto:

-“El sector de ONGD está fragmentado. Pero el problema del apoyo social no es sólo de España. No se ha sido capaz de demostrar que la ayuda sirve para algo, de que la ayuda funciona”. Por otra parte hay muchos“peligros buscando atajos del norte al sur”.

– La base no se necesitaba porque estaban los profesionales. Se buscó “la profesionalización pero no un liderazgo asociativo” con el apoyo de las bases.

-“Ha habido un problema de mala gestión del accountability, ya que se ha entendido un accountability hacia el financiador. En España no tenemos conciencia de que lo público es de todos. Se debería haber hablado con la sociedad sobre los avances. No ha existido una política de transparencia».”No ha habido suficiente diálogo y después el dinero público se ha retirado.”.

En este punto también señalé algunas ideas durante el turno de palabra de la jornada: Las afirmaciones anteriores, de ser ciertas, “iban en contra elementos básicos de la democracia participativa”. En un colectivo y sector para el que el concepto de participación parece tan importante, esto aumenta la carga de retórica de su discurso (o sus discursos). Repitamos: ¿No se necesitaba a la ciudadanía? ¿No había una política pública de estado?. También señalé que al binomio política vs tecnocracia había que añadir las dinámicas personalistas (o grupales) de poder. Éstas implican que el único deseo de cambio que se desea es “quítate tú para ponerme yo”, para mandar, mandar porque puedo. También es de señalar la magnitud de la retórica de una política ilustrada debido a la distancia con la sociedad civil, y que a su vez ha dado lugar a más distancia entre la sociedad y la política. Por otro lado en esos momentos estaba pensando: ¿en qué lugar de la retórica queda el pacto de estado contra la pobreza de noviembre de 2007?…que por lo visto ni fue pacto social, ni de estado, ni se ha visto la necesidad de implementarlo…

También señalé la necesidad de “mayor empatía en el sector y de evitar confundir la ideología con la moral”. En demasiadas ocasiones he percibido cómo se calificaba a una persona de mala o buena (persona) porque tenía unas ideas u otras. Y en virtud del poder asumido, barrer a las «malas personas» del escenario de decisión o de consulta o de información.

También se comentó la necesidad de “abandonar un sentimiento de superioridad moral sobre lo buenos que somos (en el sector de la cooperación), puesto que en ocasiones se habla de cosas distintas en el norte y en el sur. Se ha de construir una agenda donde se potencie más el diálogo. Se ha trasladado demasiado la agenda hacia los problemas del norte”.

Entonces, ¿ha sido todo un espejismo? En un próximo post desarrollaré la segunda parte de estos diálogos, en la que había algunas respuestas. La segunda parte se denominaba “Nuevas tareas, nuevas actores, nuevas formas de hacer en la cooperación española”

¿Carrera profesional en la cooperación española? La soledad de la carrera de fondo


Quiero iniciar un período de reflexión en torno a la carrera profesional en la Cooperación Española. Siempre he creído que el tema del aprendizaje, la calidad y la construcción de capacidades son caras de la misma moneda. Como da para mucho, prefiero empezar por algo fácil y qué más fácil que… autoplagiándome. Aquí dejo un texto de una publicación de hace 4 años, pero que se escribió hace más de 5 años. Texto que me temo que sigue siendo de actualidad y que sigo manteniendo íntegramente. Entonces la crisis financiera empezaba, pero parecía lejos del sector de la Cooperación Española que, salvo excepciones, vivía en la burbuja de su luna de miel con el poder («el anillo único para dominarlos a todos») y la financiación («mi tesoro»). Y es que digan lo que digan los Planes Directores (de la Cooperación Española), nuestra crisis es social-colectiva, de valores y de visión común (y sí, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, pero como decía un amigo (en el futuro) «alguien tendrá que poner el cascabel al gato»)…Y bueno sí, lo escribí yo, pero como no lo habréis leído pues os dará igual digo yo…

(Rodríguez Ariza, Carlos, 2009, página 32) La gestión de la información en las organizaciones de desarrollo (vol. II)

“El tema de los Recursos humanos es uno de los más débiles en la Cooperación Española  (1) En la Cooperación Española en general (sin meternos en sector público o no) no existe una carrera profesional que garantice que un profesional con una determinada formación, conocimiento y experiencia pueda optar en igualdad de condiciones (en términos de concurrencia, publicidad y mérito) a determinados puestos de responsabilidad o decisión. (2) Los procesos de reclutamiento suelen ser poco transparentes, primando el reclutamiento de recursos endógenos. (3) En España, uno de los países de menos productividad de la UE, en general prima la concurrencia en base al precio, no a la calidad, debido en parte a que son muy débiles los mecanismos de rendición de cuentas y a que la cultura de evaluación es también muy débil. (4) Los responsables de Agencias, Departamentos y ONGD no basan su agenda en evidencias. No hay evaluación sistemática ni de resultados ni de buen desempeño organizacional, por lo que no se determinan de forma sistemática aprendizajes o fracasos que discriminen la buena gestión y el buen desempeño. (4) La Educación para el Desarrollo es muy débil (La sociedad española (aparte de un reducido sector cercano a las ONGD, lo que a veces se viene en llamar “sociedad civil organizada”) se ha quedado anclada en las manifestaciones de 1994 en torno al 0,7%, de forma que, en general, no demanda resultados de desarrollo sino que, debido al desconocimiento del sector y su evolución, se centra sólo en la necesidad de “cuentas claras”. Los esfuerzos en Educación para el Desarrollo tendrán que avanzar en el sentido de que la sociedad demande eficacia y resultados de desarrollo a las Organizaciones de Desarrollo (“0,7 para qué”). Sin embargo no es claro que en estos momentos pueda ser asumido por la sociedad el grado de riesgo e incluso fracaso que toda intervención en desarrollo lleva asociado. De ahí la importancia de las Capacidades… ) (5) Para finalizar indicar que a esto no ayuda los conflictos por intereses particulares que existe en entre algunos sectores de la cooperación, divididos por la ideología o por la pertenencia a determinadas instituciones o cuerpos (públicos y privados), sin lograr hasta el momento una visión colectiva, y que en muchos casos persiguen la visibilidad y el poder.

Uno de los efectos de lo anterior es un sector de profesionales poco valorado, desestructurado, sin sentimiento de cuerpo y, en consecuencia, en el que prima más el “qué hay de lo mío” y el “sálvese quien pueda”, que una visión colectiva sobre cómo debería ser un sector profesional en coherencia con la agenda de eficacia, en la que “de verdad” primaran los intereses de los más pobres (destinatarios por la vía de la apropiación y alineamiento de la ayuda) y de la sociedad española (demandantes de reducción de la pobreza con la máxima eficacia, eficiencia, pertinencia e impacto posible). En este marco la Cooperación Española continuamente se está descapitalizando de sus profesionales, ya que no existen ni mecanismos, ni contextos, ni incentivos para dar la oportunidad o contar con los mejores profesionales en los puestos de responsabilidad y decisión.

Como resultado de los desincentivos anteriores las Agencias, Departamentos públicos y las ONGD españolas tienen una gran rotación de personal tanto de personal directivo, como técnico. Estos cambios hacen más necesarias las estrategias de Gestión del Conocimiento y tienen el peligro de tender a una visión cortoplacista y no estratégica. Asimismo en dichos Departamentos Públicos no suele haber objetivos ni indicadores claros a nivel organizacional, ni mecanismos eficaces de rendición de cuentas de forma bidireccional a los más altos niveles jerárquicos.»

(Rodríguez Ariza, Carlos, 2009, página 32) La gestión de la información en las organizaciones de desarrollo (vol. II)