Simulated Large Hadron Collider CMS particle detector data depicting a Higgs boson
Para finalizar con los posts anteriores en los que analizamos algunas deficiencias en la teoría del cambio y otras debilidades, otros retos son
1. La inexistencia de una teoría que explique el proceso de cambio: Muchos de los modelos y marcos lógicos que se emplean en evaluación no explican realmente cómo se entiende que funciona un programa o una política. Las teorías del cambio correspondientes resultan inadecuadas como fundamento de una evaluación de rigurosa y exhaustiva, y por ello la recopilación, el análisis y la divulgación de datos no son tan útiles como deberían. Algunas evaluaciones de carecen de cualquier tipo de teoría del cambio. Así es difícil (1) adquirir un conocimiento coherente de la intervención y sus resultados a partir de un conjunto enorme de datos. También resulta complicado (2) presentar informes y dar sentido a las discordancias en los datos triangulados. Por ejemplo, una evaluación señalaba que casi todos los escolares habían afirmado lavarse las manos después de usar las letrinas; sin embargo, en otra sección del informe se indicaba que en las escuelas y los hogares pocas letrinas contaban con instalaciones a tal efecto, y menos todavía con agua y jabón o ceniza. Por tanto, la conducta que se señalaba en el informe parecía poco probable, pero no se combinaron los datos a fin de extraer una conclusión sobre la credibilidad de las pruebas. Contar en la evaluación con una teoría del cambio que identificara el conocimiento, la motivación y la oportunidad como precursores esenciales del cambio de conducta, habría orientado la recopilación y el análisis de datos, y de ese modo es probable que el informe hubiera concluido que los niños tenían el conocimiento, pero no la oportunidad de modificar su conducta.
2.Diagramas que no ofrecen una imagen coherente o adecuada de la teoría del cambio: Muchos diagramas de la teoría del cambio (1) carecen de claridad. Algunos (2) son demasiado simplistas, al omitir elementos importantes y dar la impresión de que la intervención generará los impactos deseados sin que se requiera el apoyo de un entorno de ejecución propicio. Otros (3) son demasiado complicados, al incluir tantos cuadros detallados que resulta imposible hacerse una idea general coherente de los procesos causales. Otros (4) son ilógicos, al relacionar los cuadros con flechas carentes de explicación, o dar cabida a una combinación incoherente de resultados positivos y negativos —por ejemplo, aquellos que incluyen el problema actual, en lugar de los cambios previstos, en el cuadro de impactos finales—
Referencia
Rogers, Patricia. La Teoría del Cambio. Síntesis Metodológicas. UNICEF