Grounded Theory (teoría fundamentada): Un Viaje Desde la Observación

La Habana olía a café quemado y a humedad de mercado viejo. Pablo y yo acabábamos de terminar un taller sobre evaluación, y yo, todavía medio perdido entre Power points y teorías, me había escabullido por un laberinto de puestos donde vendían artesanía: imanes y cuadros de distintos tamaños que mostraban coches de los años 50 o los bares emblemáticos —La Bodeguita del Medio, El Floridita, Sloppy Joe’s—, o la figura del Che mirando al infinito. También había collares de semillas y santos de yeso que parecían vigilarte mientras regateabas.

Pablo apareció con cara de inspector que acaba de perder a su principal testigo.

—Te has perdido otra vez —me dijo, con esa mezcla de enfado y resignación de quien ya ha asumido que su compañero de taller se guía más por el instinto que por el mapa.

Yo, fascinado por el espectáculo del mercado, le solté:

—Pero mira cómo me cuentan las cosas, Pablo. Esto vale más que una conferencia.

Y ahí, entre el ruido, el sudor y el olor a coche antiguo que aún cree que puede ganarle la carrera al tiempo, me habló por primera vez de la Grounded Theory, o teoría fundamentada. Lo dijo como quien confiesa un viejo amor metodológico: apasionado, pero desencantado.


Capítulo I: El caso Glaser y Strauss

La Grounded Theory nació en los años sesenta, cuando dos sociólogos, Barney Glaser y Anselm Strauss, decidieron que ya estaban hartos de teorías flotando en el aire, lejos de la calle. Así que salieron al mundo real, grabadora en mano, para hacer lo que los detectives hacen mejor: escuchar, observar, conectar pistas. Querían construir teoría desde el suelo, desde los datos, como quien arma un caso policial con pruebas recogidas en la escena del crimen.

Suena simple, pero aquello fue una revolución. Mientras otros teóricos se sentaban en sus despachos a deducir el mundo, ellos lo inducían: miraban patrones en lo cotidiano y, a partir de ahí, levantaban hipótesis. Nada de grandes verdades universales; solo el murmullo persistente de la realidad.

Así nació esta criatura de laboratorio y callejón: la teoría fundamentada, o la ciencia con los zapatos llenos de barro.


Capítulo II: Las tres corrientes del delito

Con el tiempo, la banda se dividió. Como en todo buen thriller, las diferencias de método acabaron en ruptura.

  • Glaser, el purista, quería mantener la intuición del investigador como brújula.
  • Strauss, más estructurado, propuso codificaciones y procedimientos que parecían sacados de una comisaría metodológica.
  • Y luego vino la tercera corriente, la constructivista, con Kathy Charmaz al volante, que dijo:—Oigan, ni los datos hablan solos ni el investigador es neutro. Todo esto es una coreografía compartida, una historia que se escribe a dos voces.

Pablo, desencantado, me lo contó como quien ha visto demasiadas escenas del crimen metodológico:
—La tercera corriente lo complicó todo. Ahora todos creen que son coautores de la realidad.

Y yo pensé: pues claro, ¿no es eso lo hermoso?


Capítulo III: Evaluación, psicología social y otras alianzas improbables

La Grounded Theory no se quedó en las aulas. Saltó a la evaluación de programas y políticas sociales, donde los evaluadores aprendieron que los indicadores fríos no bastaban. Había que escuchar a la gente, rastrear sentidos, entender las motivaciones invisibles detrás de los números.

En psicología social, la teoría encontró su otra mitad: la exploración de cómo las personas crean significado, cómo negocian la realidad con los demás. Ahí es donde la evaluación y la psicología social se dieron la mano, y nació una especie de unidad de investigación mixta: el evaluador con alma de psicólogo, el psicólogo con ansias de sistematizar lo que ve en la calle.

Ambos, en el fondo, son detectives del sentido.


Epílogo: El humor nos salva (siempre)

Esa noche, mientras compartíamos los restos de la comida que había sobrado del taller y los acompañábamos con una cerveza fría, Pablo y yo seguimos hablando de teorías y evaluaciones.
Le dije que lo difícil no era entender los sistemas, sino contarlos sin que la audiencia huyera despavorida.

Nos reímos. Porque, al final, todos los métodos —como las buenas novelas negras— necesitan un poco de humor para no ahogarse en su propio drama.

Pablo me comentó que la Grounded Theory (o teoría fundamentada) es eso: una historia policial sobre cómo las personas dan sentido a lo que viven. Una historia que empieza en los datos, se complica con interpretaciones y, si tienes suerte, termina con una pequeña verdad que no sabías que estabas buscando.

Como diría mi amigo Rafael, “esto vale más que una entrada al cine”.


Referencias

Corriente clásica (Glaser & Strauss)

  • Glaser, B. G. & Strauss, A. L. (1967). The Discovery of Grounded Theory: Strategies for Qualitative Research. Aldine de Gruyter.
    → El texto fundacional, donde se lanza la idea de construir teoría desde los datos.
  • Glaser, B. G. (1978). Theoretical Sensitivity: Advances in the Methodology of Grounded Theory. Sociology Press.
    → Glaser profundiza en la intuición del investigador y la sensibilidad teórica.

Corriente sistemática (Strauss & Corbin)

  • Strauss, A. L. & Corbin, J. (1990). Basics of Qualitative Research: Grounded Theory Procedures and Techniques. Sage Publications.
    → La versión más estructurada, con procedimientos detallados de codificación y categorías.
  • Strauss, A. L. & Corbin, J. (1998). Basics of Qualitative Research: Techniques and Procedures for Developing Grounded Theory (2nd ed.). Sage Publications.
    → Revisión ampliada con ejemplos y pasos más formalizados.

Corriente constructivista (Charmaz)

  • Charmaz, K. (2000). “Grounded Theory: Objectivist and Constructivist Methods.” In N. K. Denzin & Y. S. Lincoln (Eds.), Handbook of Qualitative Research (2nd ed., pp. 509–535). Sage.
  • → El punto de giro hacia una mirada interpretativa: la teoría se co-construye.
  • Charmaz, K. (2006). Constructing Grounded Theory: A Practical Guide Through Qualitative Analysis. Sage Publications.
  • → El libro que consolida la corriente constructivista: combina rigor con empatía y sentido práctico; muestra cómo el investigador y los participantes “negocian” el significado.
  • Charmaz, K. (2014). Constructing Grounded Theory (2nd ed.). Sage Publications.
  • → Versión revisada y más madura; profundiza en la reflexividad, la relación ética con los participantes y las implicaciones sociales de la teoría.
  • Bryant, A. & Charmaz, K. (Eds.). (2007). The Sage Handbook of Grounded Theory. Sage Publications.
  • → Una obra coral que reúne voces de las tres corrientes (Glaseriana, Straussian y Constructivista) y las pone a dialogar. Es el “mapa completo” para entender el ecosistema de la teoría fundamentada.

Un pensamiento en “Grounded Theory (teoría fundamentada): Un Viaje Desde la Observación

  1. Qué lindo leerte, Carlos. Tu texto me transportó: casi que puedo verlos en La Habana, con ese aire cálido y esa mirada curiosa que tan bien transmitís. Me encantó cómo mostrás la Teoría Fundamentada como una forma de escucha y descubrimiento, más que un método cerrado.

    Me lo imagino a Pablo hablando de ella con el mismo entusiasmo que con sus estudiantes. Seguro te contó que este año la presentó en el trabajo final de investigación de quinto año de Trabajo Social. En esa estamos, aprendiendo —como vos decís— a ser “detectives del sentido”.

    Un abrazo muy fuerte, Carlos, y ojalá pronto volvamos a encontrarnos.

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