El concepto de disonancia cognitiva, en Psicología, hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias, emociones y actitudes (cogniciones) que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la percepción de incompatibilidad de dos cogniciones simultáneas. El concepto fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo estadounidense, de origen ruso, Leon Festinger. La teoría de Festinger plantea que al producirse esa incongruencia o disonancia de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse en generar ideas y creencias nuevas para reducir la tensión hasta conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna.
Es muy importante para cuando estamos tratando aspectos de motivación al logro y motivación intrínseca. Debemos de tener muy en cuenta la disonancia cognitiva cuando trabajamos en el campo de la psicología de las organizaciones y los recursos humanos.
Reducción de la disonancia
La motivación para la reducción de la disonancia se debe a la tensión psicológica que un individuo tiene que soportar cuando su sistema cognitivo presenta una gran disonancia o incoherencia interna. Por ejemplo, una persona con valores y creencias morales inculcadas desde su infancia puede verse envuelta en acciones que él mismo rechazaría (guerras, muertes, torturas,…), por lo que se ve motivada a introducir nuevos valores que justificarían su actitud: la defensa de la Patria, el evitar males mayores, etcétera.
Toma de decisiones
En la toma de decisiones, es también muy importante el efecto de la disonancia cognitiva. Cuando hay un esfuerzo o se produce un coste, lo consistente es que a este costo o penalidad le siga una recompensa apreciable. Toda persona busca el éxito, que no es otra cosa que la recompensa ante el esfuerzo. Por el contrario, el fracaso es disonante; ocurre cuando al esfuerzo o costo no le sigue la recompensa. En estos casos, el individuo puede reducir la consiguiente disonancia buscando otra posible recompensa futura: Sólo se aprende del error, esto servirá para evitar futuros errores… Otras veces, cuando se ha elegido una alternativa que no ha resultado lo satisfactoria que se pensaba, se pueden encontrar ventajas que antes no se habían detectado. Por eso, después de una compra importante, el comprador suele valorar mejor el producto adquirido que antes de la compra.
¿Este modelo de disonancia cognitiva está muy presente en el ámbito organizacional, sobre todo, en aquellas estructuras donde existen unos muy valores definidos, como las Entidades No Lucrativas?.
El Dr. Donald Cole y Eric Gaynor (“Suicidio Profesional o Asesinato Organizacional”; The Organization Development Institute International, Latinamerica – 2004”) fundamentaron las implicaciones que el concepto de disonancia cognitiva tiene sobre la trayectoria de los individuos en las organizaciones. Los valores iniciales de las personas están alineados con los de la organización, pero durante el transcurso de los años muchas de las personas experimentan un conflicto entre las “instrucciones y órdenes recibidas de arriba” y sus propios valores. Esta disonancia cognitiva entre los valores organizacionales y los personales generan situaciones como desmotivación, bajo rendimiento, escasa colaboración, nula creatividad y flexibilidad, etc.
De lo anterior, parece claro que para el óptimo funcionamiento de una organización debe haber alineación o “consonancia” entre los individuos a nivel personal, los individuos con el equipo y por supuesto, consonancia con un ente mayor que es la propia organización (es decir con su misión y visión). Esto sólo ocurrirá cuando cuando los objetivos del individuo sean compatibles o estén acogidos por los del equipo al que pertenece y estén “en línea” con la visión de la organización.