En muchos casos, las teorías derivadas de los estudios pueden orientar el desarrollo de la teoría del cambio. Por ejemplo:
Una evaluación llevada a cabo en África —que examinó los impactos del desarrollo de capacidades en la institucionalización, la preparación y respuesta ante situaciones de emergencia, y la reducción del riesgo de desastres en el sector educativo—identificó cuatro teorías basadas en estudios en las que podía fundamentarse.
(1) El modelo de cambio en tres pasos de Lewin hace hincapié (a) en las fuerzas impulsoras que facilitan u obstaculizan el cambio, y (b) en el modo en que las personas que participan en este acuerdan que es necesario, colaboran con miras a la obtención del resultado deseado y recaban el apoyo de los líderes pertinentes.
(2) En su teoría sobre las fases del cambio, Lippitt establece siete fases propiciadas por un agente del cambio.
(3) La teoría de Prochaska y DiClemente identifica las etapas del cambio, entre ellas su mantenimiento y el reconocimiento de que en él es habitual fracasar y volver a empezar de cero, así como de la necesidad de diversas actividades en cada fase.
(4) La teoría cognitiva social señala una serie de requisitos para aprender a comportarse de forma diferente: el aprendizaje o la modelización basados en la observación, las expectativas en materia de resultados, la autoeficacia, la fijación de objetivos y la autorregulación.
Referencia
Rogers, Patricia. 2014. La Teoría del Cambio. Síntesis Metodológicas: evaluación de impacto n.º 2, Centro de Investigaciones de UNICEF, Florencia.EF