
Hoy dentro de la seria Repensar la ayuda, seguimos repensando Naciones Unidas, pero esta vez «más allá del Consejo de Seguridad». En el post anterior analizábamos por qué reformar el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es tan difícil: un diseño de 1945, vetos cruzados, y una arquitectura geopolítica que no se mueve (Luck, 2010; Malone, 2004).
Pero hay otra cara del debate. Mientras el Consejo está casi congelado, el resto de la ONU sí puede transformarse, y de hecho ya lo está haciendo. La literatura reciente sobre gobernanza global (Weiss & Daws, 2018) coincide en que las reformas más efectivas no requieren tocar la Carta, sino mejorar cómo funciona la ONU por dentro.
Por eso hoy seguimos la conversación con una pregunta más útil: ¿Qué reformas realistas pueden mejorar ya la eficacia de la ONU?
1. Más liderazgo y mejor gobernanza (lo que sí puede cambiar)
Un primer bloque clave es el de gobernanza y liderazgo, donde hay amplio margen de maniobra sin modificaciones constitucionales.
1.1. Dar más autonomía al Secretario General
El SG sigue limitado por presiones políticas de los P5 (Malone, 2004).
Fortalecer su papel en prevención diplomática y alerta temprana permitiría actuar cuando el Consejo está paralizado.
Dar más autonomía al Secretario General es posible, pero solo en el ámbito de la prevención blanda, la diplomacia discreta y la coordinación interna. Cuando se trata de acciones coercitivas o políticamente sensibles, el veto y los intereses de los P5 siguen marcando los límites.
“Más autonomía del SG” =
- mayor capacidad para detectar riesgos antes de que escalen;
- más libertad para enviar mediadores y equipos de buenos oficios;
- poder emitir alertas tempranas y presionar diplomáticamente;
- coordinar al UNDS sin interferencia política directa;
- actuar en prevención blanda, no coercitiva.
1.2. Reforzar la supervisión de la Asamblea General
La AG puede usar herramientas como Uniting for Peace, debates temáticos y requisitos de reporting más estrictos, reforzando accountability sin tocar el veto.
1.3. La pieza olvidada: la accountability interna
La ONU funciona como una confederación de más de 30 agencias. Esto produce duplicaciones, lentitud y falta de claridad sobre quién responde por qué.
Unificar estándares de evaluación, clarificar responsabilidades y crear incentivos de desempeño es un cambio profundo pero políticamente viable (Weiss & Daws, 2018).
Prospectiva:
Estas reformas son altamente factibles porque dependen de decisiones internas y resoluciones, no de reformas de la Carta.
2. Finanzas y operaciones: pequeñas mejoras, grandes resultados
El segundo bloque reformista afecta directamente a la capacidad de la ONU de responder a crisis.
2.1. Peacekeeping con financiación predecible
Aumentar las contribuciones obligatorias reduciría las negociaciones interminables que retrasan despliegues críticos (Malone, 2004).
2.2. Menos earmarking, más fondos comunes
El excesivo condicionamiento de fondos distorsiona prioridades, un problema central desde hace décadas (Anand, 2006).
Los pooled funds como CERF permiten actuar con rapidez y neutralidad.
2.3. Fortalecer la Peacebuilding Commission y la alerta temprana
Evitar crisis recurrentes —como señalan Weiss & Daws (2018)— es más eficaz que gestionarlas cuando ya han estallado.
Prospectiva:
Factibilidad moderada: requiere apoyo de donantes, pero no desafía estructuras de poder.
3. Cooperación ampliada y multilateralismo en red
La ONU de hoy opera en un entorno multipolar donde actores regionales —AU, ASEAN, UE— juegan un rol esencial (Williams, 2020).
3.1. Más cooperación con organizaciones regionales
No sustituye al Consejo, pero multiplica capacidades de prevención, mediación y respuesta.
3.2. Normas reforzadas: R2P, RwP y mecanismos de responsabilidad
Pese a dificultades políticas, siguen siendo marcos necesarios para elevar estándares y proteger civiles.
4. La gran reforma silenciosa: cómo trabaja la ONU
Aquí entran las reformas más transformadoras y realistas, las que abordan la fragmentación interna descrita en múltiples estudios (Weiss & Daws, 2018).
4.1. Mejor integración del UNDS
Más autoridad para los Resident Coordinators, planificación conjunta mediante el UNSDCF y coordinación entre agencias.
4.2.Un operational shift para reducir duplicaciones
- Reagrupar o fusionar agencias con mandatos superpuestos.
- Crear hubs regionales y modelos de localización real.
- Adoptar coordinación anticipatoria y basada en territorio.
Estas medidas responden directamente a los problemas operativos diagnosticados en la Sección I.
4.3. Transformación digital y capacidades de datos
La ONU opera con sistemas de información fragmentados y anticuados.
Modernizarse —IA responsable, interoperabilidad, plataformas compartidas, ciberseguridad— es clave para anticipar crisis y coordinar mejor.
Prospectiva:
Muy alta factibilidad: son reformas internas apoyadas por la mayoría de Estados miembros y donantes.
5. Conclusión: lo posible frente a lo imposible
Mientras la reforma del Consejo de Seguridad está atrapada en tensiones realistas (Malone, 2004), la reforma del “resto de la ONU” es totalmente viable.
No requiere unanimidad de los P5. No exige renegociar la Carta. Y sí puede mejorar la vida de millones de personas que dependen de operaciones humanitarias, de paz y de desarrollo.
En un mundo lleno de crisis, la reforma realista es la que se puede hacer ahora: más liderazgo, mejor coordinación, financiación más inteligente y un sistema más moderno y coherente.
REFERENCIAS
Anand, R. P. (2006). Reforming the United Nations: New Initiatives and Resistance. Journal of International Affairs, 59(2), 47–61.
Luck, E. (2010). UN Security Council: Practice and Promise. Routledge.
Malone, D. (Ed.). (2004). The UN Security Council: From the Cold War to the 21st Century. Lynne Rienner.
United Nations. (2023–2024). Statements and Records of the Intergovernmental Negotiations on Security Council Reform. UN Documentation Centre.
Weiss, T. G., & Daws, S. (2018). The Oxford Handbook on the United Nations. Oxford University Press.
Williams, P. D. (2020). Africa and the UN Security Council Reform Debate. African Affairs, 119(475), 1–22.
Nota: Este artículo fue redactado con apoyo de inteligencia artificial, que también sugirió algunas de las referencias bibliográficas incluidas. Sin embargo, las ideas centrales, el enfoque y la selección final del contenido son completamente mías