
🌶️PRÓLOGO: ¿QUÉ NOS ESTAMOS COMIENDO?
Hay cosas que deberían tener criterio.
Una es la comida.
Otra es la selección de casos en una evaluación.
Y sin embargo, más de una vez, alguien dice:
“Haremos muestreo intencional… iremos a donde parezca interesante”.
Eso, traducido al lenguaje culinario, es:
“Hice una paella… con lo que había en la nevera”.
Y así acabas comiéndote mejillones con plátano y salchichas.
Lo mismo pasa en evaluación: sitios mal elegidos, visitas inútiles, narrativas sin sentido.
El resultado: un trabajo de campo indigesto y conclusiones flojas.
🍽️ ¿QUÉ ES (Y QUÉ NO ES) EL MUESTREO INTENCIONAL?
Es:
- Seleccionar sitios y personas porque aportan valor directo a las preguntas de evaluación.
- Hacerlo con base en la teoría del cambio, hipótesis claras y brechas de información.
- Asegurar variedad estratégica (zonas, resultados, modelos, públicos).
No es:
- Ir “donde queda cerca del aeropuerto”.
- Visitar “lo que propone la contraparte”.
- Elegir casos “raros” o “fotogénicos” sin razón clara.
- Armar un recorrido “para quedar bien” con todo el mundo.
👨🍳 ¿CUÁNDO SABE BIEN Y CUÁNDO SE TE INDIGESTA?