En Cómo preparar a mis empleados para un cambio organizacional nos cuentan que la mayor parte de las organizaciones están pendientes de los riesgos que tradicionalmente les han afectado: la aparición de nuevos competidores, el incremento de costes, la dificultad de acceso a la financiación, etc. Sin embargo, “Son pocas las compañías que se preparan para los grandes cambios que han de venir”. Y tan solo un 15% aproximadamente de las organizaciones han iniciado un proceso de cambio organizacional.
Adaptarse al contexto, a las nuevas tendencias, estructuras y demandas de la sociedad, de los socios o clientes es hoy vital para la supervivencia de las organizaciones.
“Las organizaciones en las que se produce un cambio realmente eficaz son aquellas que mejor comprenden la conexión entre seleccionar y preparar a sus plantillas para el cambio, unido a una adecuada implementación de nuevas iniciativas de largo alcance. Es esencial desarrollar la inteligencia, creatividad y talento de las personas que componen la organización”
Y, ¿Qué pasos dar para abordar este cambio?
El cambio no llega por casualidad:
1. Involucrar a los directivos
2. Identificar a las personas que pueden facilitar o bloquear el cambio
3. Identificar las limitaciones que impiden alcanzar exitosamente el cambio
4. Planificar el proceso de cambio
5. Cambiar los sistemas, estructuras y políticas que no se ajusten a la nueva visión.
6. Construir un plan de comunicación eficaz: que permita trasladar a la plantilla el objetivo final, las nuevas estrategias y las mejoras alcanzadas en cada momento, de forma que ayude a enfocar los esfuerzos.
“Las organizaciones de hoy no tienen opción”. “El cambio ya es una constante en las organizaciones que quieran pervivir, y este requiere de una preparación y un esfuerzo que implique al conjunto de la organización, dirigida por la dirección”.