La Teoría del Aprendizaje Social y el determinismo recíproco

Albert Bandura como parte de su Teoría del Aprendizaje Social (TAS) afirma que el comportamiento de las personas puede ser determinado por su entorno.

El aprendizaje observacional ocurre a través de la observación de comportamientos negativos y positivos.

Bandura cree en el determinismo recíproco, en el que el ambiente puede influir en el comportamiento de las personas y viceversa. Por ejemplo, el experimento de la muñeco Bobo muestra que el modelo, en un ambiente determinado, afecta el comportamiento de los niños. En este experimento Bandura demuestra que un grupo de niños colocados en un ambiente agresivo actuaría de la misma manera, mientras que el grupo de control y el otro grupo de niños colocados en un entorno de modelo pasivo apenas muestran ningún tipo de agresión. En el experimento  se exhibió a niños pequeños una película en la que un adulto aparecía golpeando y pateando con total agresividad a un muñeco inflable. Luego, se permitió a los niños jugar con el muñeco y mostraron el mismo tipo de comportamiento agresivo que habían observado en el adulto.

«Experimento del muñeco Bobo» era el nombre de este experimento realizado por Albert Bandura en 1961 y 1963, para el estudio del comportamiento de los niños después de ver modelos adultos con conductas agresivas hacia un «muñeco Bobo». Hay diferentes variaciones del experimento. El más notable mide el comportamiento de los niños después de ver a un modelo que es recompensado, castigado o carente de consecuencias por golpear al muñeco bobo.

Este experimento es la demostración empírica de la teoría del aprendizaje social de Bandura. Demuestra que las personas no sólo aprenden por ser recompensadas o castigadas en sí (conductismo), sino que también pueden aprender al ver a alguien ser recompensado o castigado (aprendizaje por observación). Estos experimentos son importantes, ya que a raíz de estos se iniciaron muchos más estudios sobre los efectos del aprendizaje por observación y de ellos se han derivado implicaciones prácticas, por ejemplo, cómo los niños pueden ser influenciados al experimentar situaciones violentas.

Los experimentadores llegaron a la conclusión de que los niños que observan la conducta adulta son influenciados a pensar que este tipo de comportamiento es inaceptable, ya que debilita las inhibiciones agresivas del niño. El resultado de la reducción de las inhibiciones agresivas en los niños, significa que son más propensos a responder a futuras situaciones de una manera más agresiva. Por último, la evidencia apoya firmemente que los hombres tienden a ser más agresivos que las mujeres.

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