El arte o la industria de la evaluación


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La evaluación ha sido y, en algunos rincones todavía es, un arte confeccionado por artesan@s, a veces considerados charlatanes, voceras, parlanchines, vende pociones, lenguaraces, bocazas pero, otras veces, sin embargo, apreciad@s y honrad@s como magos, brujos, hechiceros, prestidigitadores, nigromantes, médiums (objetivos evaluativos ocultos), faquires (sí también porque tragan con todo), taumaturgos, prestidigitadores (más de veinte preguntas), ilusionistas (especialmente los que dan alguna recomendación que ya no se sepa)

Y como con l@s mag@s, l@s había, y los hay, buen@s y no tan buen@s. Para bien y para mal este arte arcano poco a poco se va abriendo y extendiendo: es bueno que cada vez se evalúa más (aunque sea en número). A paso de «enefante» (palabra que viene de «mitad elefante mitad enano o enana») se está asentando una carrera profesional. Se está creando una retórica de la evaluación, de lo que hay que hacer «porque está bien» (sí, todavía estamos explicando por qué hay que evaluar, en lugar de evaluar). Pero aunque falte todavía andar casi todo lo hablado (walk the talk), lo positivo es que estamos en camino. Y me pregunto si al mismo tiempo también corre el riesgo de transformarse en un proceso industrial, como el famoso marco lógico de corta y pega que tantos escribimos para los donantes en la soledad (solitario), en lugar de como procesos de aprendizaje y construcción participativa. El problema no son las herramientas, sino el uso que hacemos de ellas, su verdadero propósito. Y al cabo, como todo lo que se extiende y se populariza, se convierte en un negocio (más)…y con los negocios todo es posible (para bien y para mal)

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El arte de escuchar, por Erich Fromm


Maria Popova, desde su hermoso blog «BrainPickings», nos regala: «Las 6 reglas de escucha de Erich Fromm: el gran filósofo y psicólogo humanista sobre el arte de la comprensión desinteresada«. Este post merece un lugar de honor en nuestra «etiqueta» de «Escucha Activa«.

«Cómo escuchar» es lo que el filósofo humanista y psicólogo Erich Fromm (23 de marzo 1900 a marzo 18 de 1980) exploró en un seminario de 1974 en Suiza: La transcripción de 400 páginas de las que finalmente se adaptó en la publicación póstuma El arte de escucha (biblioteca pública).

Escuchar, argumenta Fromm, es «es un arte como la comprensión de la poesía» y, como cualquier arte, tiene sus propias reglas y normas. A partir de su práctica de medio siglo como terapeuta, Fromm ofrece seis pautas para dominar el arte de la comprensión desinteresada:

1. La regla básica para practicar este arte es la concentración completa del oyente. Sigue leyendo

La Resiliencia Creativa y el Deber del Artista en Tiempos Difíciles


Hoy traigo de nuevo una interesante reflexión desde Brainpickings en su post (del que hago una traducción): La Responsabilidad de iluminar: Un Manifiesto Ilustrado para la Resiliencia Creativa y el Deber del Artista en Tiempos Difíciles

«Este es precisamente el momento en que los artistas van a trabajar», escribió Toni Morrison en su enérgica argumentación sobre el reto del artista en tiempos difíciles. «No hay tiempo para la desesperación, no hay lugar para la autocompasión, no hay necesidad de silencio, no hay lugar para el miedo. Así es como las civilizaciones sanan. «

 

Pero en esos momentos, ¿dónde están los artistas -que no son sólo humanos sino quizás los más humanos entre nosotros- para encontrar la fortaleza de espíritu necesaria para llegar a su tarea curativa?

 

La ilustradora Wendy MacNaughton y la escritora Courtney E. Martin ofrecen una respuesta alentadora en una colaboración que se erige como un poderoso manifiesto para nuestro tiempo y un testimonio del único mecanismo por el cual el espíritu creativo ha sacado a la humanidad de cada abismo de su propia creación.

 

Esta es tu tarea.

 

Siente todas las cosas. Siente las cosas difíciles. Las cosas inexplicables, las cosas que te hacen desautorizar la capacidad de la humanidad para la redención. Siente todas las paradojas enloquecedoras. Siéntete abrumado, loco. Siente inseguridad. Siente enfado. Siente miedo. Siente la impotencia. Siente el frío. Y luego CONCENTRATE.

 

Toma tu pluma. Toma tu pincel. Toma tu maldita barbilla. Pon tus dos manos callosas en los platos, en la arcilla, en las cuerdas. Ponte detrás de la cámara. Busca ese golpe de luz. Busca la verdad (sí, eso es algo que todavía existe).

 

Concéntrese en esa luz. Amplíala. Revela la feroz urgencia del ahora. Revela lo destrozados que estamos, la capacidad de ser reparados. Pero no lamentes la ruptura. Nada nuevo sería construido si las cosas nunca se rompieran. Una persona sabia dijo una vez: hay una grieta en todo. Así es como entra la luz. Persigue esa luz.

 

Esta es tu tarea.

La autora indica: Al crearlo, imaginamos a la gente colgando este cartel en su oficina y en la pared de su despacho como un recordatorio de que no están solos en su tristeza y miedo, y que deben seguir haciendo su trabajo. Eso es lo que importa.