“Su misión, si usted decide aceptarla, será dejar huella o algún uso de esta evaluación. Como ya sabe, si usted o algún miembro de su entorno (equipo, beneficiari@s, gestor@s, evaluador@s o decisor@s) es ignorad@, olvidad@, apartad@, citad@ (o no), criticad@, calumniad@, ningunead@, capturad@ o muert@, la Secretaría negará tener conocimiento de sus acciones. Este mensaje se autodestruirá en cinco segundos”.
En El crimen de utilizar una evaluación hacíamos referencia explícita al crimen de aprender, ya que indicamos que para resolver un crimen hay que encontrar su motivación, la oportunidad y los medios. Pues bien, dado que raramente encontramos la motivación, la oportunidad y los medios para el uso de una evaluación, de encontrarlo, (ese uso), sería el crimen perfecto.
Algunas veces se han hecho paralelismos entre el trabajo evaluativo y el detectivesco, pero más que aspirar a ser héroes de novela (histórica o criminal), simplemente l@s involucrad@s en los procesos evaluativos podríamos aspirar a ser mejores agentes transformador@s..
Los factores que influyen en el uso evaluativo son, entre otros, (1) la calidad de los procesos y los productos evaluativos, (2) los factores relacionales, (3) los factores organizacionales relacionados con el objeto evaluado y (4) las influencias externas. Parece una quimera, una misión imposible, pero quizás merezca la pena: Enfrentarse a esos factores a veces nos harán sentirnos como Don Quijote contra los molinos. Solo un@s poc@s hidalga@s de triste figura, ven gigantes, donde otros ven simples molinos. Enfrentarse a los factores que influencian la gestión del conocimiento y el uso de las evaluaciones parecen más complicados que todos los capítulos de las versiones antiguas y modernas de misión imposible…
Pero pensemos, sigamos creyendo que la evaluación es un arma cargada de pasado y de futuro. Tal es la evaluación : evaluación -herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Maldigamos la evaluación concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigamos la evaluación de quien no toma partido hasta mancharse… Sigue leyendo