Continuamos el post pasado Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido) y la segunda parte, que se centraban el interesante artículo de corte gatopardiano: ¿Qué es lo que realmente detiene el cambio del negocio de la ayuda hacia la programación adaptativa? en el blog de Duncan Green el 23 de marzo de 2018, de Jake Allen, Jefe de Gobernabilidad para África Subsahariana en el British Council que abre con esta sentencia: “Por cada problema complejo, hay una respuesta que es clara, simple e incorrecta”.
Jake Allen indica que con cada vez que lee sobre el tema de “cómo trabajamos en desarrollo de manera diferente”, se siente más frustrado: (1) nuestro desarrollo no es tan diferente; (2) nuestro pensamiento y trabajo no son mucho más políticos; (3) nuestros programas no son mucho más flexibles ni adaptativos.
Hoy desarrollamos la tercera parte: nuestros programas no son mucho más flexibles ni adaptativos, que habla de programas «demasiado grandes» para no fallar. ¿Qué es un programa? Son muchas cosas: (1) una idea; (2) una teoría del cambio; (3) un vehículo para conducir o integrar valores;(4) una entidad burocrática;(5) una entelequia valorada por una cantidad de dinero; (6) una forma de cambiar el mundo. Lo que no es con seguridad un programa es algo perfecto, o un plan de entrega al que nos debemos apegar. Sigue leyendo
