El Informe Cotec refleja cada año desde 1996 la situación de la I+D+I en España. Además de (1) recoger los principales indicadores sobre la materia -nacionales, autonómicos y comparativas internacionales-, ofrece (2) análisis y opiniones de decenas de expertos sobre la situación del sistema español de innovación y su previsible evolución futura.
Informe COTEC 2017
Los datos publicados sobre inversión en I+D, correspondientes al ejercicio 2015 y analizados en profundidad en este informe, revelan un ligero incremento en la inversión española en I+D, el primero desde el inicio de la crisis. Sin embargo, este aumento se sitúa por debajo del incremento del PIB en dicho período y por tanto, es insuficiente para evitar que la I+D siga –por quinto año consecutivo– perdiendo peso en nuestro país. En su avance hacia una recuperación económica que se apalanca excesivamente en empleos de baja cualificación y en sectores de baja intensidad tecnológica, España se separa de la tendencia dominante en las principales economías de la zona euro y en el resto de potencias consolidadas y emergentes. Mientras el conjunto de la UE invierte hoy un 25% más en I+D que antes del inicio de la crisis económica, nuestra economía invierte un 10% menos. España es, en realidad, una excepción en Europa y forma parte del grupo de los cuatro únicos países que todavía no han recuperado los niveles de inversión de 2008. De hecho, en términos relativos a Europa, el retroceso acumulado en estos últimos cinco años nos devuelve a la posición de 2004.
Los indicadores confirman un año más la baja participación de las empresas en las actividades de innovación. Su nivel de esfuerzo en I+D es la mitad del promedio europeo. Salvo contadas excepciones, destaca particularmente la baja contribución de la gran empresa. Nuestras pymes, por el contrario, contribuyen al gasto en I+D en un porcentaje anómalamente alto si se compara con otros países europeos.
Otras tendencias que se consolidan son la concentración del gasto en un número cada vez menor de empresas y la baja participación del sector financiero (en particular el sector bancario) en la financiación de este gasto. A la débil capacidad tecnológica del tejido productivo español se une el limitado nivel de competencias y habilidades de un alto porcentaje de los trabajadores que emplea. Ambos factores, capacidad tecnológica y capital humano, son parte del conjunto de activos intangibles que se consideran críticos para maximizar el potencial de crecimiento de las economías basadas en el conocimiento. España está a la cola de Europa en cuanto a inversión en estos activos. A estos problemas endémicos, que amenazan con cronificarse, se suma una política de recortes en los presupuestos públicos que se ha ensañado particularmente con las partidas dedicadas a la ciencia y la innovación. Los ajustes acumulados desde 2010 (del 50%) han sido muy superiores a los anunciados (del 30 %), puesto que, a la reducción de las cantidades consignadas en los presupuestos, se le han unido unos decrecientes niveles de ejecución presupuestaria, que en 2016 han llegado a su nivel mínimo histórico.
Informe COTEC 2018
Tal y como ha venido recordando Cotec en su última etapa, la innovación no siempre implica cambio tecnológico, ni se fundamenta exclusivamente en conocimiento científico, pero ambos elementos —ciencia y tecnología— son poderosas herramientas para afrontar los desafíos sociales a los que nos enfrentamos, así como para abordar con éxito las grandes transiciones económicas —de lo analógico a lo digital, de lo lineal a lo circular, de lo tangible a lo intangible— en las que ya estamos inmersos. Es cierto, sí, que una organización o un territorio pueden innovar sin valerse de la ciencia y la tecnología. En muchos entornos y momentos de la historia esa fue la única opción posible para los que apostaban por mejorar su realidad de forma planifi cada. Pero dar la espalda a la i+d hoy es un coste de oportunidad que no se puede permitir ninguna empresa, institución o país que aspire al liderazgo. Un año más, por desgracia, los datos que recoge este Informe Cotec muestran que la i+d no está acompañando al crecimiento económico de nuestro país. Aunque algunos indicadores mejoran ligeramente, el incremento de la inversión se mantiene —por sexto año consecutivo— por debajo del crecimiento del PIB, lo que nos aleja otra vez de los países de nuestro entorno y del conjunto de la ue. La invariabilidad del diagnóstico hace pensar que, mientras la mayoría de nuestros socios europeos confirman su apuesta por un crecimiento basado en el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico, España parece haber elegido un camino distinto para consolidar su ansiada recuperación. Un camino que, a medio plazo, podría no ser sostenible.
Un año más, todas estas evidencias recurrentes hacen necesario insistir en la necesidad de revisar las políticas de innovación, sus instrumentos, los fondos que se destinan a ellas y los medios humanos y tecnológicos que se dedican a su gestión.