El (p)arte del Pensamiento Evaluativo


Retomamos las ideas de Thomas Archibald sobre «Habilidades de pensamiento crítico y evaluativo para la evaluación transformadora». Nos centramos en el «Pensamiento evaluativo para la evaluación transformadora«

Según Patton, “La evaluación es una actividad. El pensamiento evaluativo es una forma de hacer negocios. Esta distinción es fundamental. La evaluación es más útil y realmente se usa cuando el programa y la cultura organizacional manifiestan un pensamiento evaluativo”.

Thomas Archibald y su equipo definen el «Pensamiento evaluativo» como:

  1. Aplicar el pensamiento crítico en el contexto de la evaluación.
  2. Estar motivado por una actitud de curiosidad y una creencia en el valor de la evidencia.
  3. Implicar la identificación de supuestos, plantear preguntas reflexivas y buscar una comprensión más profunda.
  4. Utilizar la reflexión, la toma de perspectiva e informar las decisiones en preparación para la acción.

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Algunos retos para la evaluación de programas


Algunos retos para la evaluación de programas en el presente y futuro pasan por adaptarse a un entorno cada vez más complejo y dinámico. Aquí hay algunos aspectos clave de este desafío:

  1. Medición de Impacto a Largo Plazo: Evaluar el impacto sostenible de los programas en contextos cambiantes sigue siendo un desafío significativo.
  2. Integración de Nuevas Tecnologías: La incorporación de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial y el análisis de big data puede mejorar la precisión y eficiencia de las evaluaciones, pero también requiere nuevas habilidades y enfoques.
  3. Relevancia Estratégica: Asegurar que los temas evaluados sean estratégicamente relevantes y alineados con los objetivos a largo plazo de las organizaciones es crucial para maximizar el impacto de las evaluaciones.
  4. Implementación de Recomendaciones: Las recomendaciones de las evaluaciones a menudo no se implementan de manera efectiva, lo que limita su capacidad para generar cambios significativos.
  5. Coordinación y Colaboración: Mejorar la coordinación entre los departamentos de evaluación y otros departamentos dentro de las organizaciones es esencial para evitar duplicidades y asegurar una utilización eficiente de los recursos.

Abordar estos retos requiere un enfoque holístico y adaptativo, que combine la innovación tecnológica con una comprensión profunda de los contextos locales y las necesidades estratégicas de las organizaciones.

Michael Scriven, su legado para la disciplina de la evaluación


Scriven (1928-2023) hizo importantes contribuciones en los campos de la filosofía (lógica y filosofía de la ciencia), el pensamiento crítico y, más notablemente, la evaluación. De hecho, se puede afirmar que él (junto con Donald Campbell) ayudó a crear y desarrollar el campo de la evaluación como una disciplina de investigación tal como la entendemos ahora, como una transdisciplina (otra invención de Scriven) con importantes revistas e institutos, y en estos momentos es un campo reconocido de estudio académico y profesional. En particular, desarrolló el campo de la evaluación en aplicaciones informáticas y de educación. Sus principales ideas sobre la evaluación basada en resultados, la evaluación formativa y sumativa (Scriven ideó estos conceptos), se tienen en cuenta en algunas definiciones de evaluación (basada en el mérito, el valor y la importancia), inventó la evaluación sin objetivos y sin costo, desarrolló la principal metodología como lista de verificación, creó el Evaluation Thesaurus y sigue siendo uno de los profesionales de evaluación más conocidos del mundo.

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¿Por qué la colaboración es tan compleja entre organizaciones de desarrollo?


Al trabajar en problemas sociales complejos, ningún actor, ni siquiera el más poderoso, puede lograr mucho por sí mismo. El sector social necesita más y mejor colaboración para lograr un impacto, pero ¿por qué la colaboración es tan compleja en la práctica? Hay cuatro barreras importantes e interrelacionadas para el impacto colectivo:

1. Comparación de sectores privado y desarrollo social: La primera barrera es la tendencia del sector del desarrollo de búsqueda de comparaciones con el sector privado, entre las dinámicas de los sectores privado y no lucrativo. La principal diferencia es la ausencia de un mercado explícito de oferta y demanda en el sector no lucrativo del desarrollo social, aunque sí exista una competencia implícita por recursos financieros (donantes) y a veces por zonas de trabajo y destinatarios finales (socios, beneficiarios, clientes, sujetos de derecho…).

2. Incentivos de medición desalineados: El segundo factor que trabaja en contra de la colaboración es un esfuerzo excesivo en la causalidad y la atribución. Las organizaciones intentan demostrar su responsabilidad y mostrar a sus juntas directivas sus logros, creando entonces consecuencias negativas no deseadas, como, por ejemplo, demasiada energía dedicada en obtener reconocimiento o en construir una “marca”. Esto lleva a un esfuerzo excesivo en la institución individual que se convierte en «la unidad de análisis» (en lugar del impacto colectivo), que en realidad socava la fuerza colectiva.

3. Dinámica de poder: La dinámica de poder entre los donantes / financiadores y sus colaboradores más importantes, así como los intermediarios y los sujetos de derecho, es otro impedimento para una colaboración exitosa. Rodeados de aduladores y aspirantes a obtener financiación, los donantes / financiadores viven en una burbuja de positividad.

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