De lo individual a lo colectivo


Dicen que se puede desarrollar una cultura de colaboración masiva, simplemente dándo a nuestros departamentos/silos organizacionales, desafíos colectivos que cada grupo/silo no podría resolver por sí mismos. Me contaron un paso simple, con un resultado masivamente poderoso. Cuentan las leyendas que podemos pasar entonces de mecanismo para compartir conocimientos a  mecanismos para la colaboración.

Claves para el cambio de nuestra cultura de Gestión del Conocimiento: este cambio pasa por el cambio cultural de lo «individual a lo colectivo»:

  • De «lo sé» a «lo sabemos»
  • De «El conocimiento es mío» a «El conocimiento es nuestro«
  • De «El conocimiento es mi propiedad» a «El conocimiento es compartido«
  • De «El conocimiento es mi propiedad personal» a «El conocimiento es propiedad colectiva / comunitaria«
  • De «El conocimiento es mi ventaja personal» a «El conocimientoes ventaja de la organización«
  • De «El conocimiento es personal» a «El conocimiento es interpersonal«
  • De «Defiendo lo que sé» a «Estoy abierto a un mejor conocimiento«
  • De «no inventado aquí (es decir, por mí)» a «inventado en mi comunidad«
  • Desde «El nuevo conocimiento compite con mi conocimiento personal» hasta «el nuevo conocimiento mejora mi conocimiento personal»
  • Desde «el conocimiento de otras personas es una amenaza para mí» hasta «nuestro conocimiento compartido me ayuda«
  • Desde «Admitir que no sé es debilidad» hasta «Admitir que no sé es el primer paso para aprender«

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Teoría y práctica en el impacto colectivo: reconocer los desincentivos


Si bien la literatura existente proporciona una base importante para conceptualizar el impacto colectivo, la realidad en el terreno es más complicada. Los principios clave del enfoque de impacto colectivo, incluido el uso de datos y la alineación de los objetivos de la organización, entran en conflicto con la realidad de la gestión y el mantenimiento de una organización. Aunque no son insuperables, estos conflictos entre lo que es ideal y lo que es práctico o conveniente pueden ser difíciles de abordar incluso para las partes interesadas más comprometidas. El impacto colectivo se esfuerza por cambiar fundamentalmente el funcionamiento de las organizaciones y, por lo tanto, requiere tiempo para superar los problemas de comprensión común y definición, además de los recursos, la capacidad y otras limitaciones. También puede requerir un replanteamiento de los incentivos para el trabajo colectivo para asegurar que no se vean contrarrestados por los desincentivos más tangibles y las barreras que enfrentan los participantes de la organización. Los beneficios intangibles por sí solos pueden ser insuficientes para impulsar el trabajo de impacto colectivo. Reconocer los desincentivos puede ayudar a las comunidades a identificar formas de superar estas barreras para participar exitosamente en estrategias de impacto colectivo en sus comunidades Sigue leyendo

Cómo ejercer la evaluación independiente y no morir en el intento


Estoy en la fase de gabinete de una evaluación y, justo ahora, me ha dado por escribir algunos pensamientos vagabundos, sobre esta vida tan apasionante y compleja que es la de la evaluación como independiente. No voy a hacer una tesis doctoral sobre ello, tan solo indicar que a pesar de que haya muchos prejuicios sobre los consultores externos, si hablamos de los independientes y, dentro de este grupo, además hablamos de ese 80% de l@s independientes que podríamos llamar “pequeños o medianos” (no en estatura, experiencia, conocimiento o capacidad claro, si no muchas veces por su nivel de networking), la principal oportunidad es la libertad, pero el principal reto es la incertidumbre respecto a la agenda, la esquizofrenia de la necesidad de planificarse a dos meses vista, que es cuando suelen publicarse los Términos de Referencia de las Evaluaciones (cuando no son dos semanas antes)…pueden darse semanas, meses sin ningún encargo y de repente tres a la vez. Pero como dice una muy buena amiga, “esto añade picante a la vida”. Y yo que he estado en ambos lados del espejo, como asesor de políticas de evaluación, como gestor de evaluaciones y como “implementador” de evaluaciones, creo que ésta última es de las más creativas. Cada evaluación es diferente, pero cada evaluación es un aprendizaje tremendo…aprende más el evaluador que el evaluando…aunque sea M.Q.Patton…

Y qué harán en esos tiempos muertos y solaces los intrépidos evaluadores independientes, se preguntarán ustedes. Para algunos de ustedes estará muy claro: “pues disfrutar de la vida, vivir a todo tren y gastar las astronómicas cantidades que has ganado como consultor independiente”…FALSO: Primero, aunque muchas veces se factura por días (…en otros países en los que se valora y respeta el conocimiento y el saber hacer, y hay otros, no necesariamente los mismos, que hasta se factura mucho por día) el tiempo que te consume la evaluación puede-especialmente si no lo controlas- extenderse hasta el infinito…y por qué no, si el evaluador no le pone límite al comandatario (con aquel dicho del “ya que estás” hazme esto o aquello)…Segundo, esto es como el cuento de la hormiga y la cigarra, recuerden que pueden pasar semanas, meses sin otro encargo o trabajo “remunerado” (no justamente remunerado hay demasiado). Tercero, el independiente ha de estar constantemente buscando nuevas oportunidades, nuevos trabajos, reforzando su red de contactos y colegas de profesión (evaluadores o no), observando las modas de este mundillo (que si resiliencia, que si RCTs, que si complejidad,…). Cuarto, sólo ese 20% de l@s independientes que podríamos llamar “NO pequeños o medianos” (no en estatura, experiencia, conocimiento o capacidad claro, si no muchas veces por su nivel de networking) ganan de verdad como para no preocuparse por la capitalización de la economía familiar. Quinto, no conozco bien otros contextos, pero el español para nuestro sector siempre ha sido…¿cómo decirlo? especial, complejo…como dijo hace ya una eternidad nuestro todavía referente Alonso (no Quijano, sino Jose Antonio): “castizo”. Y perdón por mirarme al ombligo, pero mi querida España es el país en el que me tocó nacer, no sé bien si como barbero, cura o como el caballero de los espejos o el caballero de la blanca luna, como Don Quijote o como Sancho Panza o como un poco de todo. Digo perdón porque un evaluador independiente no entiende de fronteras, no tiene patria ni amos, solo tiene ideales (cuando digo sólo a veces es «solo solo»), debe ser globalizado, ciudadano del mundo…y Quinto: no hay quinto, no hay más por hoy, esto no es una tesis

Y si tienes familia…has de ser un auténtico gurú de la meditación oriental para no caer víctima de la vorágine…pero eso es otra historia que tendrá que ser contada en otro momento

Un amigo evaluador noruego se reía de mí (pero bien que se reía el condenado) porque en nuestra época de esplendor yo le decía que España quería entrar en el Nordic Plus…en fin quién nos ha visto quién nos ve. Otros tienen a grandes y reconocidos gurús en evaluación y potentes sistemas de evaluación. Pero yo termino con unas palabras de ese gran evaluador independiente hispanófono que sin duda pertenece al 80% de l@s independientes que podríamos llamar “pequeños o medianos”: “Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia donde quiera que estén.”

Ahí queda eso…al tajo ¡