Asertividad: Cambiando nuestra forma de pensar

Continuando con el post anterior La asertividad, clave para nuestra comunicación, exploramos ahora (1) comportamientos, (2) conductas o (3) acciones objetivas orientadas a la asertividad.

Pero mejorar la capacidad asertiva requiere cambiar primero la forma de pensar. Necesitamos deshacernos de las limitaciones que en forma de creencias incorrectas o distorsionadas nos impiden ser asertivos. Así algunas sugerencias para que nuestra forma de pensar ayude a aumentar nuestra capacidad asertiva, en lugar de limitarla: límites claros, asunción de responsabilidades, comunicación, responsabilidad propia.

1. Establece límites claros.

Los límites son las reglas que cada cual se crea para sí mismo, y que guía y dirige a los demás en cuanto a lo que es un comportamiento permitido a su alrededor. Las personas pasivas normalmente no tienen esos límites y permiten que otros invadan su espacio y sus propios derechos.

Hay una serie de límites que no son negociables. Si aún no conocemos o no explicitamos cuáles son nuestros límites innegociables, tomemos un tiempo para averiguarlos. Una vez hecho, debes establecer un compromiso firme y permanente con ellos.

2. Asume la responsabilidad de tus propios problemas.

La persona asertiva entiende que sus problemas son su propia responsabilidad. (1) Si vemos algo que necesita cambiar en nuestra vida, tomemos medidas al respecto. (2) Si no estamos contentos con algo en nuestra vida, empecemos a cambiar las cosas ahora.

3. Comunicación: No esperes a que la gente lea tu mente.

A menudo esperamos que los demás reconozcan nuestros deseos y necesidades sin tener que decir una palabra. (1) Si queremos algo digámoslo, si algo nos molesta, hablemos, comuniquemos. (2) Nunca asumamos que la gente conoce todas nuestras necesidades o deseos.

4. No eres responsable de cómo se sienten o se comportan los demás.

Las personas pasivas y las agresivas comparten un problema similar: ambas se creen responsables de cómo se sienten o se comportan los demás, aunque de manera diferente.

(a) La persona agresiva asume la responsabilidad de la conducta y las emociones de los demás, ejerciendo su voluntad a través de la fuerza física, mental o emocional.

(b) El sujeto pasivo sin embargo asume la responsabilidad de la conducta de los demás doblegando constantemente su voluntad a la voluntad de otros. Sienten que es su obligación asegurarse de que todo el mundo es feliz, incluso si eso significa que ellos mismos son absolutamente infelices.

(c) La persona asertiva reconoce que no es su misión controlar o preocuparse por el comportamiento de los demás y que la persona asertiva es sólo responsable de la forma en que se comporta y se siente.

Esto no quiere decir que no debamos tener en cuenta los sentimientos o situaciones de los demás. Sólo significa que no es necesario ser tan excesivamente considerado como para dejar de defender nuestros valores para no molestar u ofender a alguien.

5. Eres responsable de las consecuencias de tus palabras y acciones.

La afirmación de uno mismo no es una tarea fácil, y puede llegar a tener consecuencias desagradables. Pero parte de ser asertivo es asumir la responsabilidad de esas consecuencias, pase lo que pase. Hacer frente a esas consecuencias es mucho mejor que tratar de vivir una vida frustrada e infeliz.

Mágicamente no aumentaremos nuestra asertividad: La asertividad requiere tiempo y práctica.

Recurso

Las 5 claves de una mentalidad asertiva

 

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