La fuerza: Admitir nuestro fracaso en la respuesta al COVID


Es difícil para las instituciones públicas y organizaciones de desarrollo reconocer que no cumplimos con nuestras metas y objetivos; es tan difícil confrontarse a cómo la opinión pública o los financiadores reaccionarán ante tal fracaso (aunque no nos preguntamos tanto acerca de la opinión de l@s beneficiari@s de nuestras acciones). La paradoja es que hacemos todo lo posible para evitar hablar de las situaciones de fracaso, aunque (en teoría) todos sabemos que el fracaso es el mejor maestro y tenemos que estar abiertos y hablar sobre nuestros fracasos para poder aprender. Más que eso, reconocer abiertamente el fracaso es a menudo un catalizador para la innovación que hace que nuestro trabajo sea bueno o excelente.

Para abordar este enigma, necesitamos un cambio de paradigma en la forma en que la sociedad civil ve el fracaso. Esto podría comenzar con un diálogo abierto y honesto sobre lo que funciona y lo que no es así. De la mism forma que ya contamos que se propone en el sitio “Admitting Failure” para respaldar y alentar a las organizaciones a (no sorprendentemente) admitir el fracaso. Sigue leyendo

Errores frecuentes (y reincidentes) en los proyectos de cooperación


En el post «Errores frecuentes en los proyectos de cooperación» desde el portal solucionesong nos ofrecen pistas para evitar los errores más frecuentes que se cometen en los proyectos de cooperación al desarrollo, en concreto ligados al Enfoque del Marco Lógico. Esto me recuerda a mi tesis doctoral, errores que lamentablemente se repiten y se repiten (y se repiten) desde hace más de 30 años. Pero como nunca es tarde si la dicha es buena (como decían los Reincidentes), aquí están esas orientaciones:

1Integración en el taller de participación.

A los actores clave hay que involucrarles y prestarles el tiempo suficiente en su intervención para que expresen sus prioridades y sus opiniones. Ello será fundamental para definir los problemas y posibles soluciones que se manejarán en el proyecto, consiguiendo un trabajo grupal. Además, la participación activa de este colectivo es muy práctica puesto que serán ellos quienes se apropien del proyecto una vez éste se ejecute y quienes deban mantenerlo en el tiempo. Sigue leyendo

La visión de admitir el fracaso


El juego de palabras nos lleva a lo mismo. La visión de admitir el fracaso o admitir la visión del fracaso. Es realmente difícil hablar sobre el fracaso: el sitio «Admitir el fracaso» espera cambiar esa actitud.
Es dificil para las organizaciones de desarrollo reconocer que no cumplimos con nuestras metas y objetivos; es tan dificil confrontarse a cómo los financiadores reaccionarán ante tal fracaso. La paradoja es que hacemos todo lo posible para evitar hablar de las situaciones de fracaso, aunque (en teoría) todos sabemos que el fracaso es el mejor maestro y tenemos que estar abiertos y hablar sobre nuestros fracasos para poder aprender. Más que eso, reconocer abiertamente el fracaso es a menudo un catalizador para la innovación que hace que nuestro trabajo sea bueno o excelente.
Para abordar este enigma, necesitamos un cambio de paradigma en la forma en que la sociedad civil ve el fracaso. Esto comienza con un diálogo abierto y honesto sobre lo que funciona y lo que no es así, eso es lo que se propone en el sitio «Admitting Failure» para respaldar y alentar a las organizaciones a (no sorprendentemente) admitir el fracaso.
ad · mitir / ədˈmitir /
verbo:

  • Conceder como verdadero o válido
  • Permitir la entrada

El miedo, la vergüenza y la intolerancia al fracaso llevan nuestro aprendizaje a la clandestinidad y obstaculizan la innovación.
El cambio de paragdigma es así : El fracaso es la fuerza. Las organizaciones más eficaces e innovadoras son aquellas que están dispuestas a hablar abiertamente sobre sus fracasos porque el único fracaso realmente “malo” es el que se repite.

 

Hay que hacerlo más


En «Reconocer los errores aumenta la credibilidad, también en el trabajo»  M. Victoria S. Nadal  nos cuenta que ya sea por vergüenza o miedo a las consecuencias, nos cuesta admitir nuestros fallos. Pero la ciencia demuestra que, como se suele decir, rectificar es de sabios.

Si ser capaz de reconocer los errores (1( refuerza la credibilidad y (2) contribuye a aumentar la productividad, ¿por qué cuesta tanto hacerlo? Una de las explicaciones es (1) el temor a la humillación y a que (2) las capacidades de la persona equivocada se vean cuestionadas. En esta situación, entra en juego:

(A) La disonancia cognitiva, es decir, el mecanismo mental que utilizamos para protegernos cuando lo que pensamos y lo que hacemos es contradictorio. Nos creemos personas racionales e inteligentes, y cuando encontramos una información que contradice esta idea la rechazamos. Admitir que estamos equivocados es doloroso para la percepción que tenemos de nosotros mismos. Cuando nos disculpamos por haber cometido un error, tenemos que aceptar esa disonancia, aunque no sea placentero. Sigue leyendo

El consenso sobre el fracaso


En “El cerebro da el 100% cuando está limitado”, nos cuentan que en determinadas circunstancias, lo que aparenta una contradicción resulta la mejor forma de llegar a los resultados deseados. Al menos así de claro  cuando ligaron sus argumentos acerca de los errores y la innovación. Sin fracaso, no hay camino hacia el éxito posible. Cualquier startup u organización desea tocar la cima, pero esta no es la base desde la que cimentar creatividad. “Solo aprendes de los contratiempos. Ahí es donde están las lecciones y donde empiezas a aprender”. En esta misma línea de pensamiento, los fallos son las pistas y no el propio éxito. “La adversidad es una buena escuela de aprendizaje cuando hablamos de innovar” Sigue leyendo

Fracasando en el aprendizaje


En ¿Fracasando en el aprendizaje? Paul Raspin (Director de Stratevolve, Londres, Reino Unido, y Profesor invitado de Cass Business School, City University, Londres, Reino Unido) escribió sobre cómo las organizaciones pueden aprender delfracaso.

El artículo se basa en investigaciones recientes sobre la gestión y deriva mensajes clave einformación sobre cómo las organizaciones pueden aprender del fracaso.

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Cómo captar e intercambiar buenas prácticas para generar cambios II: La evolución de una buena práctica


La evolución de una buena práctica según la FAO

Una buena práctica suele evolucionar en cuatro etapas:

(1) Al principio, una innovación potencial realizada como experiencia piloto o técnica o tecnología innovadora parece tener resultados mínimos. Sigue leyendo

Cómo captar e intercambiar buenas prácticas para generar cambios


¿Qué es una buena práctica según la FAO?

Una buena práctica es (1) una experiencia positiva, probada y replicada en contextos diversos y (2) que, por consiguiente, puede ser recomendada como modelo. (3) Merece ser compartida para que el mayor número  de personas pueda adaptarla y adoptarla.  

¿Por qué documentar y compartir las buenas prácticas según la FAO? Sigue leyendo

Aprendiendo de los errores


En Cinco claves sobre los errores (y cómo aprender de ellos) se indica que vivimos en una cultura en la que desde pequeños nos inculcan la idea de que los errores son algo malo. De ellos se aprende, nos dicen en la infancia. Sin embargo, no es fácil hacer que la cultura corporativa y los procesos de las organizaciones permitan desarrollar este aprendizaje. Y, para hacerlo, muchas empresas deberán cambiar el propio concepto del “error” antes de abocarse a aprender de él. Amy Edmonson es profesora en la Escuela de Negocios de Harvard  e indica varios puntos importantes para que las organizaciones comprendan cómo se puede aprender de los errores: Sigue leyendo

Por qué las organizaciones no aprenden de los errores


El documento La imposibilidad de aprender y el aprender a fracasar (inteligentemente): cómo las grandes organizaciones utilizan el fracaso para innovar y mejorar: (1) proporciona una idea de lo que hace que el aprendizaje de los errores sea tan difícil de poner en práctica. Los autores (2) abordan la pregunta de por qué las organizaciones no aprenden de los errores. (3) Identifican las barreras perniciosas incrustadas en los sistemas técnicos y sociales que hacen que los procesos de aprendizaje colectivo sean inusuales en las organizaciones, y (4) presentan recomendaciones sobre lo que los gestores pueden hacer para superar estas barreras. Sigue leyendo