Barreras culturales para el Aprendizaje Gubernamental

En ¿Por qué nuestros gobiernos no aprenden?, todavía a la estela de Nick Milton, observamos que los gobiernos cometen errores, pero ¿por qué no aprenden de estos errores? ¿Por qué seguir repitiendo los mismos errores? Mirando esto en términos de Aprendizaje Organizacional, y comparando con las dimensiones de una Cultura de Aprendizaje, existen varias barreras culturales para el Aprendizaje Gubernamental . Estos son los siguientes:

Corto plazo. Este es quizás el mayor problema: que la mayoría o todos los incentivos gubernamentales son a corto plazo: La próxima elección, la próxima reunión parlamentaria, el próximo ciclo de noticias. Una semana es mucho tiempo en política, entonces, ¿a quién le molesta pensar con 5 años por delante? Todos los incentivos están a favor de ser decisivos y no deliberativos, de actuar y de ser vistos, y luego seguir adelante. Los incentivos a largo plazo para el aprendizaje y la deliberación simplemente no existen, como lo demuestra la falta de responsabilidad y rendicion de cuentas.

Una cultura  del «conocedor/a» en lugar de una cultura «aprendiz/a». Existen vacíos masivos de habilidades y conocimientos en el gobierno y, sin embargo, no parece haber un deseo ardiente de llenar estos vacíos. Los tomadores de decisiones parecen confiar en lo que saben que saben, incluso cuando ese conocimiento está desconectado culturalmente y tiene prejuicios intelectuales. Cuando se identifican las lagunas de conocimiento, estas parecen tardar en cubrirse.

Falta de honestidad y «decir la verdad al poder». La naturaleza poderosa, decisiva y ambiciosa de los ministros o dirigentes hace que sea difícil decir «esto nunca funcionará». Es difícil decirle a un político poderoso lo que no quieren escuchar, o por qué su proyecto favorito está condenado al fracaso.

Una falta de desafío a «la verdad o saber aceptados». Sin este desafío, el problema de el Pensamiento de Grupo nunca desaparece. ¿Dónde estaban los grupos focales, los pilotos, los «defensores de los demonios? ¿Dónde estaba la voluntad de preguntar» nos estamos perdiendo algo»? ¿Nuestras suposiciones resisten el desafío? Sin desafío y discusion, los errores se perpetúan.