Prepararse para el cambio organizacional


En Cómo preparar a mis empleados para un cambio organizacional nos cuentan que la mayor parte de las organizaciones están pendientes de los riesgos que tradicionalmente les han afectado: la aparición de nuevos competidores, el incremento de costes, la dificultad de acceso a la financiación, etc. Sin embargo, “Son pocas las compañías que se preparan para los grandes cambios que han de venir”.  Y tan solo un 15% aproximadamente de las organizaciones han iniciado un proceso de cambio organizacional.

Sigue leyendo

Cómo captar e intercambiar buenas prácticas para generar cambios III: El proceso de una buena práctica


Seguimos con el proceso de una buena práctica para la FAO:

Generar cambio desde las buenas prácticas

El objetivo final de un proceso de buenas prácticas no es solo (1) publicarlas y compartirlas sino (2) generar cambios por medio de la (a) adopción, (b) adaptación y (c) ampliación de esas buenas prácticas. Por lo tanto, es importante planificar desde el inicio del proceso la manera en que la difusión de una buena práctica podrá ser objeto de seguimiento y evaluación

Para recoger una buena práctica es necesario iniciar el proceso de documentación desde las etapas iniciales, cuando la práctica es todavía una innovación potencial.

El proceso de captación y difusión de una buena práctica:

Sigue leyendo

Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido) (III)


Continuamos el post pasado Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido) y la segunda parte, que se centraban el interesante artículo de corte gatopardiano: ¿Qué es lo que realmente detiene el cambio del negocio de la ayuda hacia la programación adaptativa? en el blog de Duncan Green el 23 de marzo de 2018, de Jake Allen, Jefe de Gobernabilidad para África Subsahariana en el British Council que abre con esta sentencia: “Por cada problema complejo, hay una respuesta que es clara, simple e incorrecta”.

Jake Allen indica que con cada vez que lee sobre el tema de “cómo trabajamos en desarrollo de manera diferente”, se siente más frustrado: (1) nuestro desarrollo no es tan diferente; (2) nuestro pensamiento y trabajo no son mucho más políticos; (3) nuestros programas no son mucho más flexibles ni adaptativos.

Hoy desarrollamos la tercera parte: nuestros programas no son mucho más flexibles ni adaptativos, que habla de programas «demasiado grandes» para no fallar. ¿Qué es un programa? Son muchas cosas: (1) una idea; (2) una teoría del cambio; (3) un vehículo para conducir o integrar valores;(4)  una entidad burocrática;(5) una entelequia valorada por una cantidad de dinero; (6) una forma de cambiar el mundo. Lo que no es con seguridad un programa es algo perfecto, o un plan de entrega al que nos debemos apegar. Sigue leyendo

Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido) (II)


Continuamos el post pasado Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido) que se centraba el interesante artículo de corte gatopardiano: ¿Qué es lo que realmente detiene el cambio del negocio de la ayuda hacia la programación adaptativa? en el blog de Duncan Green el 23 de marzo de 2018, de Jake Allen, Jefe de Gobernabilidad para África Subsahariana en el British Council que abre con esta sentencia: «Por cada problema complejo, hay una respuesta que es clara, simple e incorrecta».

Jake Allen indica que con cada vez que lee sobre el tema de «cómo trabajamos en desarrollo de manera diferente», se siente más frustrado: (1) nuestro desarrollo no es tan diferente; (2) nuestro pensamiento y trabajo no son mucho más políticos; (3) nuestros programas no son mucho más flexibles ni adaptativos.

En cuanto a que nuestro pensamiento y trabajo no son mucho más políticos, Jake Allen nos sigue hablando de «La baja política de los altos ideales«: Una gran parte del sector del desarrollo cree, o quiere creer, o al menos afirma de cuando en cuando, que lo que hacemos es técnico y apolítico. Sin embargo también muchas personas y organizaciones realmente están tratando de volver a poner «la política y el poder» en el centro de los procesos desarrollo. Sigue leyendo

Algo debe cambiar para que nada cambie (demasiado rápido)


«Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».

«¿Y ahora qué sucederá? ¡Bah! Tratativas pespunteadas de tiroteos inocuos, y, después, todo será igual pese a que todo habrá cambiado». «…una de esas batallas que se libran para que todo siga como está». (El Gatopardo Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957).

«Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie«. Esta frase del El Gatopardo simboliza la capacidad de los sicilianos para adaptarse a lo largo de la historia a los distintos gobernantes de la isla, pero también la intención de la aristocracia de aceptar la revolución unificadora para poder conservar su influencia y poder. El «gatopardismo» es en ciencias políticas el «cambiar todo para que nada cambie«.

Interesante post con tinte gatopardiano: ¿Qué es lo que realmente detiene el cambio del negocio de la ayuda hacia la programación adaptativa? (en el blog de Duncan Green el 23 de marzo de 2018), de Jake Allen, Jefe de Gobernabilidad para África Subsahariana en el British Council que abre con esta sentencia: «Por cada problema complejo, hay una respuesta que es clara, simple e incorrecta». Sigue leyendo

Fortaleciendo el liderazgo para el cambio


Tomo ideas del articulo «5 maneras en que los líderes fortalecen y preparan a sus equipos para el cambio» de Glenn Llopis 

El liderazgo anticipa lo inesperado y es responsable de actuar durante todo el proceso hasta el final. El liderazgo debe ayudar a sus equipos a enfrentar los retos. Lo hacen mediante la creación de entornos que tienen (1) claridad en torno a los problemas, (2) la colaboración para producir nuevas ideas y (3) el enfoque estratégico. (4) Construyen ecosistemas sólidos donde es posible pensar valientemente y (5) desafiar las viejas formas de hacer las cosas creando una ventaja competitiva. Sigue leyendo

Influencia en el comportamiento para reducir la pobreza


Otro interesante post de Duncan Green: Abordar la pobreza y la injusticia al influir en los comportamientos y las prácticas: ¿qué funciona?

Ruth Mayne, investigadora principal en torno a estrategias de influencia de Oxfam, presenta un nuevo documento de debate sobre el comportamiento y el cambio de la práctica, escrito con Melanie Kesmaecker-Wissing, Lucy Knight y Jola Miziniak. Este documento se publicó por primera vez en el sitio Views and Voices de Oxfam. Sigue leyendo

Lágrimas en la lluvia del V Plan Director de la Cooperación Española


En relación con el post anterior Propuestas de ACADE para el V Plan Director de la Cooperación Española, que ACADE (Asociación de Profesionales por la Calidad de la Cooperación para el Desarrollo) formula al Gobierno, a las fuerzas políticas parlamentarias y a la sociedad, quería volver sobre los tres primeras propuestas, que considero fundamentales. La primera se refiere al aumento pautado (racional) de la ayuda internacional, la segunda a la necesaria reforma del marco institucional / legal, y la tercera referida a la mejora de las capacidades. Estas son asignaturas pendientes cuyas demandas se repiten periódicamente y que impiden una Cooperación Española relevante, eficiente, eficaz y sostenida: (1) Compromiso y Liderazgo sostenido, (2) Marco Institucional y Administrativo y (3) Capacidades.

1.- Compromiso en materia presupuestaria que suponga un proceso pautado de expansión de los recursos asignados a la ayuda internacional.

2.- Reformas institucionales y legislativas necesarias para garantizar que se está en condiciones de hacer una gestión eficiente de los recursos. Es necesario reformar

(1) la arquitectura del sistema, hoy caracterizada por una elevada dispersión y una limitada coordinación de las instituciones responsables.

(2)  los marcos administrativos y legislativos que condicionan la ejecución de la ayuda, que impiden que España pueda actuar con instrumentos que otros donantes tienen, como la ayuda programática, la cooperación financiera, la asistencia técnica ágil, las asociaciones estratégicas con la sociedad civil y la academia o la alianza con actores internacionales, no solo públicos.

3.- Ampliación de las capacidades técnicas e institucionales del sistema. Esto supone poder:

(1) Recursos humanos y organizacionales: (a) captar y dar empleo en condiciones adecuadas al personal experto que se requiere, (b) poner en marcha una política activa de recursos humanos que permita que los trabajadores en este ámbito puedan tener una trayectoria profesional previsible y (c) promover un cambio organizacional que afecte a la estructura, a los procedimientos y a la cultura de trabajo de las instituciones implicadas.

(2) Articular una política de formación y gestión del conocimiento adaptada a los nuevos retos del contexto e integrada en la cultura organizativa de las instituciones líder de la cooperación española.

Sigamos proponiendo para contar con los medios para conseguir los fines: empleo en condiciones adecuadas, política activa de recursos humanos, trayectoria profesional previsible, cambio organizacional, formación y gestión del conocimiento…y por supuesto compromiso y liderazgo político sostenido.

…de otra forma el V Plan Director de la Cooperación Española será una(as) página(s) más de retórica burocrática…y tantos esfuerzos se seguirán perdiendo como lágrimas en la lluvia…

Factores de la creación de conocimiento organizacional


Iniciamos la reflexión en torno al modelo y la teoría de la organización que genera conocimiento con los siguientes pasados posts relacionados con Nonaka y Takeuchi: Pioneros en la gestión del conocimiento: Nonaka en 60 segundos,  Teoría de la organización creadora de conocimientoy Los tipos de conocimiento organizacional que podemos gestionar

Nonaka y Takeuchi también analizan el papel de la organización en este proceso: el de proveer el contexto apropiado para facilitar las actividades grupales y la creación y acumulación de conocimiento en el nivel individual. Para ello se requieren cinco condiciones que posibilitan la espiral de conocimiento: Sigue leyendo

No hay profesionalización sin evaluación


 

Por casualidad, como suelen ser las cosas en un sector sin profesionalización, me comuniqué con mi colega eternamente al borde del caos, Pablo Rodríguez Bilella, y le comenté de la posibilidad de, en la próxima conferencia de la RELAC, hacer «algo conjunto» en relación a profesionalización de la evaluación. También recientemente hablé con María José Soler Fraile, presidenta de APROEVAL, sobre la necesidad de trabajar conjuntamente todas las asociaciones de evaluación de habla hispana, y mencionamos el tema de trabajar conjuntamente sobre el tema de la profesionalización.

Fruto de ese azar supe que el caótico y siempre complejo Pablo estaba escribiendo un artículo sobre el tema de la profesionalización en evaluación y, como buenos latinos, nos retamos a un intercambio «e-post-olar» con la posibilidad de atraer a otros desgraciados de este sector no profesionalizado…Como es habitual él se adelantó, él que es una metralleta de las redes sociales: Evaluación y profesionalización: ¿extraña pareja? (parte 1)…bueno pues ahora toca el momento de la remontada…

En este primer post para no perder el rumbo voy a filosofar…aunque  en muchos aspectos coincidimos Pablo y yo  (o, más humilde, coincido yo con él)

Y es que la evaluación es política, es técnica y…es filosofía (cómo entiendo yo aquí filosofía: dígase de lo que el vulgo evaluativo (yo incluido) piensa de las teorías evaluativas…aunque algunos quijotes y sancho panzas no dejen de decir aquello de que no hay mejor práctica que una buena teoría)

Pues en esta introducción doy tres ideas y hago un ejercicio de gestión del conocimiento, rescatando tres fragmentos de tres posts pasados:

 

1.Veo dos retos para la profesionalización de la evaluación: (1) centrarse demasiado en la cuestión técnica (tecnocrática) cuando la evaluación también es (o sobre todo es) política; y, si se consigue el progreso de la profesionalización, (2) centrarse sólo en el binomio  político y tecnocrático, con cuerpos de élite corporativos que se olvidan de su origen y de su fin social. Las asociaciones de evaluación deben cumplir su rol, sin caer en la trampa (1) de la tecnocracia y, cuando se relacionan con el tan peligroso y atractivo mundo del poder, (2) de venderse, sin escuchar a las bases y a la sociedad…ya lo sé, un circo de tres pistas, pero es lo que tiene la evaluación que, recordemos, es política, técnica y filosofía…y ojo ya hay hasta un congreso próximo sobre el rol de la evaluación en la era de la post verdad: Measuring What Matters in a Post-Truth Society

2.No es solo necesaria la profesionalización de la evaluación, sino que no olvidemos el rol transversal de la evaluación para el resto de profesiones: sin evaluación no hay profesionalización. Algunos de los campos más profesionalizados (funcionariado, medicina…) lo consiguieron a través de la incorporación de sistemas de control de calidad (integrando la doble vertiente de rendición de cuentas y aprendizaje que implica la evaluación)

3.No hay evaluación sin rendición de cuentas…y el mayor garante de la rendición de cuentas es el parlamento. Las Asociaciones de Evaluación (VOPEs) son importantes, pero debido a ese binomio técnico y político, hay que hacer lo posible para incorporar a los agentes de cambio político (como el parlamento) y social (otras asociaciones, academia y los medios de comunicación). EvalPartners tiene iniciativas muy interesantes para involucrar a los Parlamentos Nacionales en los procesos de desarrollo de capacidades en evaluación.

Por tanto, no podemos perder de vista que el camino hacia la profesionalización no es sólo técnico (tecnocrático), sino también político. Y ahí a veces nos pillan a los evaluadores, tan acostumbrados a nuestro trabajo solitario y sistemático con tantos nexos con la investigación (más centrados en el rigor, en la independencia y en la objetividad) y tan poco acostumbrados a la gestión y a la política (más sucia, menos independiente y más dada al regateo, al mercadeo y a los compromisos -a veces a cualquier precio-…de cara a la utilidad…o al pragmatismo)…cuánto cuesta en evaluación ese equilibrio tan inestable entre rigor, independencia y utilidad…

Tomo del post de Pablo un párrafo clave que marca el titánico camino que hay por delante para profesionalizar la evaluación. La fuente es de ese gran evaluador que fue primero técnico, después político y ahora una referencia (filosófica):

 

 

«Bob Picciotto, desde el marco de la sociología de las profesiones, sintetiza algunas de las características que debe construir una agenda para la profesionalización de evaluación:

(1) el reconocimiento público que la ocupación promueve el interés general; 

(2) procesos reconocidos de desarrollo disciplinar (educación especializada, exposición continua a la práctica de expertos);

(3) autonomía profesional (la propia profesión controla la contratación, la calidad de la formación, la aprobación de directrices profesionales, la aplicación de normas éticas, etc.);

(4) el acceso a la práctica (la institucionalización de la experiencia profesional mediante la educación terciaria de alta calidad y una amplia gama de posibles restricciones sobre el acceso a la práctica profesional: designación, acreditación, certificación, licencias).»

En mi próximo post centraré un poco más el tema y trataré de hablar del proceso que está realizando el grupo de profesionalización del Sociedad Europea de Evaluación del que soy miembro.

Tres ideas  ya contadas y tres antiguos posts sobre evaluación, carreras profesional y asociacionismo: Y como prometido, dejo aquí  los tres posts del pasado, terminando aquí esta primera e-post-ola.

 

Asociacionismo en evaluación –capítulo primero

(Octubre de 2014)

Más que nunca necesitamos del asociacionismo para aumentar nuestro capital social, humano y técnico, aumentando la capacidad de análisis, escucha, respuesta y servicio. Pero no debe ser fácil cuando hasta ahora no se ha llegado a las bases con una propuesta de verdadero trabajo en red y mutuamente beneficiosa, en la que se den soluciones de forma proactiva a problemas comunes o colectivos, en el que las bases se involucren de forma también proactiva y los boards o élites dirigentes, actúen para el pueblo y con el pueblo, y en representación de y con sus miembros

Acade: ¿por qué la sociedad española no se ha movilizado ante la reducción de la ayuda?

(28 Octubre del 2013)

“La sociedad civil organizada ha cambiado su papel y ya no habla en nombre de otros”. Aquí se mencionaron movimientos como el 15 M o las redes sociales. “No se necesitaba a la ciudadanía y la cooperación se ha dedicado a otras cosas…y se han perdido a las bases”. No se tuvo la suficiente visión de que la “sociedad civil organizada es capaz de crear opinión y estar sintonía con la sociedad. Luchar contra las desigualdades no implica sólo luchar contra la pobreza”. “La sociedad civil (organizada) ha tenido un problema de comunicación, aunque también ha habido problemas con el papel del liderazgo público”. A este punto durante el turno de palabra indiqué que no sólo era un problema de comunicación en el sentido de enviar el mensaje (de convencer), sino en el de escuchar. Pero hubo más sobre este punto:

-“El sector de ONGD está fragmentado. Pero el problema del apoyo social no es sólo de España. No se ha sido capaz de demostrar que la ayuda sirve para algo, de que la ayuda funciona”. Por otra parte hay muchos“peligros buscando atajos del norte al sur”.

– La base no se necesitaba porque estaban los profesionales. Se buscó “la profesionalización pero no un liderazgo asociativo” con el apoyo de las bases.

-“Ha habido un problema de mala gestión del accountability, ya que se ha entendido un accountability hacia el financiador. En España no tenemos conciencia de que lo público es de todos. Se debería haber hablado con la sociedad sobre los avances. No ha existido una política de transparencia”.”No ha habido suficiente diálogo y después el dinero público se ha retirado.”.

En este punto también señalé algunas ideas durante el turno de palabra de la jornada: Las afirmaciones anteriores, de ser ciertas, “iban en contra elementos básicos de la democracia participativa”. En un colectivo y sector para el que el concepto de participación parece tan importante, esto aumenta la carga de retórica de su discurso (o sus discursos). Repitamos: ¿No se necesitaba a la ciudadanía? ¿No había una política pública de estado?. También señalé que al binomio política vs tecnocracia había que añadir las dinámicas personalistas (o grupales) de poder. Éstas implican que el único deseo de cambio que se desea es “quítate tú para ponerme yo”, para mandar, mandar porque puedo. También es de señalar la magnitud de la retórica de una política ilustrada debido a la distancia con la sociedad civil, y que a su vez ha dado lugar a más distancia entre la sociedad y la política.

¿Carrera profesional en la cooperación española? La soledad de la carrera de fondo

(22 Mayo 2013)

…es un sector de profesionales poco valorado, desestructurado, sin sentimiento de cuerpo y, en consecuencia, en el que prima más el “qué hay de lo mío” y el “sálvese quien pueda”, que una visión colectiva sobre cómo debería ser un sector profesional en coherencia con la agenda de eficacia, en la que “de verdad” primaran los intereses de los más pobres (destinatarios por la vía de la apropiación y alineamiento de la ayuda) y de la sociedad española (demandantes de reducción de la pobreza con la máxima eficacia, eficiencia, pertinencia e impacto posible). En este marco la Cooperación Española continuamente se está descapitalizando de sus profesionales, ya que no existen ni mecanismos, ni contextos, ni incentivos para dar la oportunidad o contar con los mejores profesionales en los puestos de responsabilidad y decisión.

Como resultado de los desincentivos anteriores las Agencias, Departamentos públicos y las ONGD españolas tienen una gran rotación de personal tanto de personal directivo, como técnico. Estos cambios hacen más necesarias las estrategias de Gestión del Conocimiento y tienen el peligro de tender a una visión cortoplacista y no estratégica. Asimismo en dichos Departamentos Públicos no suele haber objetivos ni indicadores claros a nivel organizacional, ni mecanismos eficaces de rendición de cuentas de forma bidireccional a los más altos niveles jerárquicos.” (Rodríguez Ariza, Carlos, 2009, página 32) La gestión de la información en las organizaciones de desarrollo (vol. II)